Un stárets (стáрец), en plural startsy (стáрцы), es una persona que desempeña su función como consejero y maestro en monasterios ortodoxos. Los startsy son guías espirituales cuya sabiduría se fundamenta tanto en la experiencia, como en la intuición. Se cree que a través de la práctica del ascetismo y una vida virtuosa, el Espíritu Santo concede dones especiales a los startsy, tales como curar, profetizar y proporcionar una guía y dirección espiritual efectiva. Los startsy son considerados por los creyentes como un ejemplo de santa virtud, fe incondicional y paz espiritual.
La institución se remonta a los comienzos del Cristianismo monástico a principios del siglo IV. El término griego original geron fue traducido al ruso como stárets, del adjetivo eslavo “viejo”. Los startsy desaparecieron de Rusia tras la Caída de Constantinopla y con la interrupción de las relaciones seculares con Oriente. Su restablecimiento en Rusia se produjo en el siglo XVIII gracias al impulso del stárets Paísio Velichkovsky
Escritores como Nikolái Gógol, Alekséi Jomyakov, León Tolstói y Konstantín Leóntyev pidieron consejos de startsy del monasterio Óptina Pústyñ cerca de Kozelsk. El personaje Zosima (Зосима) en Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski, se inspirado en los startsy.
Sergio de Rádonezh y Nilo de Sora fueron dos de los más venerados startsy de la vieja Moscovia.
Sergio de Rádonezh (Сергий Радонежский) fue el más importante reformador monástico de la Rusia medieval. Fundó la Laura consagrada a la Santísima Trinidad.
San Sergio nació en 1314 en el seno de una familia de nobles piadosos de la región de Rostov y fue bautizado con el nombre de Bartolomé.
Desde muy niño se notaba su afán ardiente de una vida ascética. A la edad de 23 años y después de la muerte de sus padres, junto con su hermano mayor Esteban, se alejó de la casa paterna a un bosque en los alrededores de Rádonezh en busca de una existencia solitaria. Allí levantó una celda junto a una pequeña iglesia construida, también, por las manos del Santo en honor de la Santísima Trinidad. Este fue el inicio del monasterio que, al pasar de las épocas, se convirtió en el más célebre y más importante en toda Rusia.
La vida en el bosque deshabitado no era nada fácil. Esteban no soportó las excesivas privaciones y poco después se fue a Moscú. Bartolomé se quedó solo en la ermita encomendándose a Dios en abstinencia, oración y vigilia. Al hacerse fraile tomó el nombre de Sergio, y su vida modesta y austera atrajo a otros monjes deseosos de imitarle. Los campesinos, por su parte, empezaron a asentarse cerca del monasterio, huyendo así del yugo impuesto por los mongoles.
Cediendo a los ruegos de los frailes, San Sergio fue nombrado superior del monasterio, como ejemplo de humildad y paciencia y, según su hagiógrafo, llegó a hacer milagros, lo que extendió su fama por toda Rusia.
En 1380 el príncipe de Moscú Dmitri acudió al monasterio y solicitó de San Sergio la bendición para un combate decisivo en Kulikovo contra los mongoles. Gracias a ella y a las constantes oraciones de los monjes de la Laura de la Santísima Trinidad, los rusos al mando del gran príncipe de Moscú, Dmitri, vencieron a los tártaros y mongoles de la Horda de Oro. Esta victoria es considerada como el inicio del fin del dominio mongol sobre Rusia. Los rusos fueron a la batalla de Kulikovo como ciudadanos de varios principados y volvieron como una nación rusa unida.
San Sergio murió el 25 de septiembre de 1392.
Nil Sorsky (Нил Сорский) o San Nilo de Sora, nacido en 1433 como Nikolai Maikov, fue el stárets más respetado de la Trans-Volga. Estos startsy buscaban la perfección moral mediante el estudio de las Escrituras. Conscientes de que debían trasladar sus conocimientos a todos, los difundieron de forma vigorosa en el rechazo al formalismo y en la defensa de la vida espiritual.
En el Sínodo de 1503 Nil Sorsky se posicionó en contra los derechos de propiedad de la tierra monásticas. Argumentó que, comprendiendo en esos momentos las propiedades monásticas alrededor de un tercio del territorio del Estado ruso, provocaban la desmoralización de las comunidades monásticas, ya que de esta forma los monasterios quedaban sometidos al poder, privándolos de la necesaria independencia en los conflictos con aquél, impidiéndoles además denunciar y frenar la violencia. Estimaba que las riquezas deben destinarse a los pobres y no para el ornato de las iglesias. Entendía que los ritos suntuarios no tenían cabida en la vida religiosa. Los monasterios de los startsy del Trans-Volga se diferenciaban totalmente por su aspecto humilde de los seguidores, mayoritarios en la Iglesia rusa, de Iosif Volotski (Ио́сиф Во́лоцкий), los ‘poseedores’, frente a los seguidores de Nilo de Sora, conocidos como los ‘no-poseedores’.
Nilo de Sora viajó a Tierra Santa y visitó Palestina, Constantinopla y el Monte Athos, donde conoció e introdujo en Rusia la doctrina mística del hesicasmo o búsqueda de la paz interior en unión mística con Dios y en armonía con la creación. Las tres características fundamentales del hesicasmo son: la soledad, como medio de huir del mundo; el silencio, para obtener la revelación del futuro y del mundo ultra-terreno; y la quietud, para conseguir el control de los pensamientos, la ausencia de preocupaciones y la sobriedad. El hesicasmo cayó en el olvido a la muerte en 1508 de Nilo de Sora, pero fue recuperado por Paísio Velichkovsky (1722-94) que tradujo al ruso la Filocalia, libro que recoge los textos hesicastos que guiaron a los solitarios y místicos del siglo XIX en Rusia, como el peregrino ruso, protagonista del librito titulado en francés Récits d’un pèlerin russe (ISBN 2-02-036214-7).
MAG/11.01.2015
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