viernes, 20 de mayo de 2016

Marina Ivanovna Tsvetáyeva



Marina Ivanovna Tsvetáyeva (Мари́на Ива́новна Цвета́ева) nació en 1892 en Moscú. Su padre era profesor de Bellas Artes y fundador del Museo Pushkin de Moscú; su madre, de ascendencia polaca y alemana, concertista de piano. En 1902 la familia se trasladó al pueblo costero de Nervi, cerca de Génova, en busca de un clima más cálido para curar la tuberculosis de la madre que, inevitablemente, fallecería poco después. En Nervi había una colonia de revolucionarios rusos, que ejercieron influencia en el pensamiento de la joven Marina de 14 años.

En 1904 Marina fue enviada a un colegio en Lausanne, donde aprendió francés, alemán e italiano. Abandonó sus clases de piano, que habían sido impuestas por su madre, y se entregó a la poesía. En 1908 estudió Historia de la Literatura en la universidad de la Sorbona y, a los 18 años de edad, publicó su primer libro de poemas “Album de la tarde”, abandonando la escuela antes de terminar los estudios. 

En esa época surgiría el simbolismo en la poesía rusa, que fue impregnando buena parte de su obra, siguiendo la estela de Andrei Beli y de Aleksandr Blok. Fue, sin embargo, el poeta y crítico Maximilian Voloshin quien apreciaría la poesía de Marina y, tras conocerla, se convirtió en su amigo y mentor. Marina frecuentaba la casa de Voloshin en el Mar Negro, lugar de encuentro y fuente de inspiración de escritores, poetas y artistas. Fue allí donde Marina conoció y sintió una profunda admiración por las obras de Aleksandr Blok y de Anna Ajmátova. No sería hasta los años 40 cuando conoció a Anna y nunca llego a ver a Aleksandr.

Vistaba también la casa de Voloshin un joven cadete de la academia de oficiales de nombre Serguei (Seryozha) Yakovlevich Efron, hijo de una familia ruso-judía. Marina, de 19 años, y Serguei, de 18, se enamoraron, casándose en 1912, en el mismo año en que el zar Nicolás II inauguraba el Museo Pushkin de Bellas Artes, cuyo fundador era precisamente Ivan Vladimirovich Tsvetáyev. 

En ese mismo año se publica su segundo libro "La lámpara maravillosa", dedicado a su marido. En 1913 "De dos libros” y en 1915 "Poemas de juventud”.

En 1914 Serguei Efron se unió al Ejército Blanco y Marina Tsvetáyeva durante la guerra civil estuvo separada de él hasta que Efron fue destinado a Moscú como oficial en 1917. Esos años de separación los describe en sus diarios titulados "Signos terrenales".

Ella mantuvo una corta relación con Ósip Mandelstam y otra más larga con la poetisa Sofía Parnok, siete años mayor que ella. En "Historia de una dedicatoria" y "Poemas de Moscú”, escritos en 1916 describe su mutuo enamoramiento con Mandelstam. 

Las relaciones entre ambas poetisas afectaron profundamente el estilo de Tsvetáyeva como se aprecia en ‘La Novia’ y ‘La Equivocación’. 

Hasta la Revolución, Marina y Serguei pasaron los veranos en Crimea, donde nacieron sus hijas Ariadna (Alya) e Irina.

De 1917 a 1922 escribe seis piezas de teatro y tres libros de poemas "Versti II", "El campo de los cisnes" y "Oficio".

Durante la hambruna en Moscú, y sin familia a la que recurrir, Tsvetáyeva carecía de recursos para mantener a sus hijas. Y en 1919, creyendo erróneamente que en un orfanato iban a estar mejor alimentadas, allí dejó a sus hijas. Cuando enfermó la hija mayor la sacó del orfanato, donde poco después moriría la más pequeña. Esta muerte le causó un inmenso pesar y remordimiento. Decía que Dios la había castigado.

Marina fue testigo excepcional de la Revolución Rusa que rechazaba visceralmente. Fue en los trenes cuando se encontró con la gente del pueblo y le causaba espanto notar su ira y la violencia.

Entre 1917 y 1922 escribió seis obras en verso y poemas narrativos. En “El Campamento de los Cisnes” escribió un poema épico sobre la guerra civil, alabando a quienes lucharon contra los comunistas. El ciclo de poemas comienza a modo de un diario con la abdicación de Nicolás II en marzo de 1917 y termina en 1920 con la derrota del Ejército Blanco anticomunista. Los cisnes del título son los voluntarios del Ejército Blanco, como su marido. 

Tres años más tarde, la familia Efron se exilió en Berlín, donde Tsvetáyeva escribió algunos de sus mejores versos en Remeslo y Posle Rossii, en los que reflejaba su vida de pobreza mientras añoraba Rusia y la historia de sus gentes. Se trasladaron a Praga, donde nació su hijo Gueorgui (Mur), y finalmente en 1925 a París, donde residieron los 14 años siguientes.

Tsvetáyeva no se encontraba cómoda entre los antiguos burgueses del círculo parisino de escritores rusos. Aunque había escrito poemas encendidos en favor del Ejército Blanco, los emigrados parisinos consideraban que su anti-sovietismo no era suficiente. La criticaron especialmente por una carta de admiración al poeta soviético Vladimir Mayakovski y, a partir de entonces, el periódico ‘Las Últimas Noticias', donde solía publicar sus versos, le cerró sus páginas.

Tras años de privación y exilio, los contactos con poetas y en particular la princesa georgiana Salomea Andronikova le ayudaron a subsistir. Se escribía con Rainer Maria Rilke y Boris Pasternak, y dedicó algunos de sus poemas a Anna Ajmátova.

A  Ajmátova

¡Oh musa del llanto, la más bella de las musas!
Oh loca criatura del infierno y de la noche blanca.
Tú envías sobre Rusia tus sombrías tormentas
Y tu puro lamento nos traspasa como flecha.

Nos empujamos y un sordo ah
De mil bocas te jura fidelidad, Anna
Ajmátova. Tu nombre, hondo suspiro,
Cae en es hondo abismo que carece de nombre.

Pisar la tierra misma que tú pisas, bajo tu mismo cielo;
Llevamos una corona.
Y aquél a que a muerte hieres a tu paso
Yace inmortal en su lecho de muerte.

Sobre esta ciudad que canta brillan cúpulas,
Y el vagabundo ciego canta loas al Señor…
Y yo, yo te ofrezco mi ciudad con sus campanas,
Ajmátova, y con ella te doy mi corazón.

Versión de Monika Zgustová

Y entretanto Serguei Efron empezaba a simpatizar con los soviéticos y echaba de menos Rusia. Empezó a prestar servicios ocasionales a la NKVD, Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (antecesora del tristemente famoso KGB). Enfrentándose a su madre, se hija se alineaba con su padre y regresó a la Unión Soviética en 1937. Poco después, Efron tuvo que huir de Francia acusado por la Policía francesa de participar en el asesinato del desertor soviético Ignaty Reyss. Evidentemente, las autoridades francesas interrogaron a Tsvetáyeva, pero sus respuestas eran tan confusas que la dejaron libre, aunque bajo vigilancia, al conocerse que muy probablemente Efron también había intervenido en el asesinato del hijo de Trotski. Fue entonces cuando parece que Marina descubrió que su marido era un espía. 

En 1939 alarmada por el ascenso del nazismo, Marina escribe ‘Versos a Chequia’ y decide regresar a Moscú con su hijo, ignorando que para Stalin todo exiliado era sospechoso. Tsvetáyeva encontró todas las puertas cerradas, los escritores soviéticos se negaban a ayudarla y malvivía con algunas traducciones de poesías.

Nostalgia de la patria: ¡qué fastidio!...

Nostalgia de la patria: ¡qué fastidio!
Después de largo tiempo delatado.
Ya me es indiferente
dónde sentirme sola.

Caminar sobre piedras,
a casa con la cesta.
La casa que no es mía:
hospital o caserna.

Me da igual quién me mire
como a un león cautivo.
Cuál es el clan humano
que me ha expulsado -siempre-.

Muy dentro de mí misma,
oso polar si hielo.
Dónde no poder convivir (¡ni lo intento).
Dónde me humillarán -da lo mismo-.

No, mi lengua natal ya no me engaña,
ni materna, me engaña su llamada.
Ya me es indiferente en qué lenguaje
no seré comprendida por el hombre.

(Lector, devorador de toneladas
de periódicos, adicto al cotilleo...)
El es del siglo veinte;
yo: ¡fuera de los siglos!

Enhiesta como un tronco,
resto de la alameda.
Todo y todos iguales;
igual indiferencia.

Lo natal, lo pasado,
rasgos todos y marcas:
toda fecha borrada-
donde ha nacido el alma.

Mi tierra me ha perdido,
y el que investigue, astuto,
el ámbito de mi alma -¡mi alma toda!
no encontrará la traza.

Las casas son ajenas y los templos vacíos.
Me da todo lo mismo.
Mas si aparece un árbol
en el camino, un serbal...

Versión de Severo Sarduy

Su marido e hija fueron acusados de espionaje por el novio de ésta, agente de la NKVD. Serguei Efron fue fusilado en 1941 y Alya enviada a la cárcel durante ocho años. 

Ante la invasión alemana, los escritores soviéticos y sus familias fueron evacuados a Chistopol, pero Marina Tsvetáyeva y su hijo fueron trasladados a Yelabuga, donde ella no tenía medios para subsistir. Viajó a Chistopol en busca de trabajo, y presentó una solicitud para el puesto de camarera de la cantina del Fondo del Sóviet de la Literatura, que fue rechazada y en consecuencia expulsada de Chistopol. Tuvo que regresar a Yelabuga, donde el 31 de agosto de 1941 desesperada se ahorcó. Marina Tsvetáyeva dejó la siguiente nota para su hijo Gueorgi (Mur): “Perdóname, pero seguir sería peor. Estoy gravemente enferma, ya no soy yo. Te quiero con todo mi cariño. Por favor te pido que me entiendas que así ya no podría vivir. Diles a papá y a Alya, si los vuelves a ver, que los he querido hasta el último momento de mi vida, y explícales que me he encontrado atrapada”. 

Al conocer la noticia del suicidio de Marina Tsvetáyeva, muchos de sus amigos se sintieron culpables. Pasternak pensaba que la había fallado personalmente, pues ella había sido su musa. Se conservan 19 cartas de ella y 84 de él.

A Boris Pasternak

Distancia: kilómetros y kilómetros?
Nos han dispersado, transplantado 
nos han ¡y qué bien estamos 
en los lejanos horizontes!

Distancia y lejanías?
Des-pegados, des-soldados.
Apartaron manos, crucificaron 
sin saber lo que destruían: la unión total.

De suspiros y tendones 
nos malquistaron, nos esparcieron 
y exfoliaron. 
Muro y foso. 
Separados, como las águilas.

Conspiradores y lejanías? 
No nos desbarataron; nos perdieron 
por los tugurios de las latitudes: 
disgregados como huérfanos.

¿Cuál es, pero cuál es, marzo?
¡Como a las barajas nos han cortado!

24 de marzo de 1925

Versión de Carlos Álvarez

Corrieron rumores de que agentes de la NKVD habían entrado en la casa de Marina Tsvetáyeva y la habían obligado a que se ahorcase. Fue enterrada en el cementerio de Yelabuga aunque no se conoce la localización exacta de su tumba.

Su hijo se presentó como voluntario para combatir con el ejército soviético en el frente oriental durante la II Guerra Mundial y falleció en combate en 1944. Y su hija Ariadna (Alya), tras pasar 16 años presa en distintos campos de trabajo, fue liberada en 1955, -tras la muerte de Stalin en 1953-, cuando fueron retiradas las acusaciones contra Serguei Efron y su hija.

En la ciudad de Yelabuga la casa donde residió Marina Tsvetáyeva es actualmente un museo a ella dedicada. En 1982 la astrónoma soviética Lyudmila Georgievna Karachkina bautizó con el nombre de '3511 Tsvetáyeva' un planeta menor. Y en 1989 la Academia Rusia de Ciencias botó un buque en Gdnya (Polonia) con el nombre de Tsvetáyeva, que en la actualidad opera como buque turístico en las regiones polares.

Pese a todas sus desdichas (y de la conciencia escrita de ellas) Tsvetáyeva  dejó una obra viva, de impresionante calor, intransigente y llena de valentía, que se salvó de la destrucción y del olvido gracias a su hija Ariadna Efron. En 2009 se publicó una recopilación bajo el título de ‘No hay amor sin poesía’.

En la Unión Soviética permaneció casi inédita la obra de Tsvetáyeva hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se la empezó a conocer a través de la publicación de literatura en hojas clandestinas. 

"Nabókov rectificó sus prejuicios sobre la difícil Tsvetáyeva ('leerla sólo causa estupor y dolor de cabeza'), pero se negó a encabezar su rehabilitación, que no ha llegado del todo hasta 1961 cuando se reeditó gran parte de la obra de Tsvetaeva, que fue muy bien recibida por la crítica al descubrir una poesía apasionada, de sintaxis inusual pero precisa, y que al mismo tiempo jugaba con un lenguaje atrevido. Su lírica, que choca con el relato de los tiempos de terror que Tsvetáyeva padeció y que muestra hasta dónde puede descender la condición humana, es paradójicamente un gran tesoro de literatura rusa como uno de sus poetas de más renombre en el siglo XX. Su ruptura con el mundo, tanto por su visión como por su estilo, es algo único en la poesía rusa hasta hoy. 



MAG/20.05.2016

lunes, 16 de mayo de 2016

Ósip Mandelstam, uno de los fundadores del acmeísmo



Ósip Emílievich Mandelstam (Осип Эмильевич Мандельштам, nacido Иосиф Эмильевич Мандельштам: Iósif Emílievich Mandelshtam). [Varsovia (Imperio ruso), 1891 - Vladivostok (Unión Soviética), 1938]. Su padre, prestigioso comerciante judío-polaco, y su madre, profesora de piano, lo educaron en el famoso colegio privado Tenishev de San Petersburgo, luego en Paris y más tarde en Alemania donde estudió literatura en la Universidad de Heidelberg. De regreso a Rusia, estudió Filosofía, carrera que dejó inconclusa para dedicarse a la literatura. Permaneció en la Unión Soviética tras la Revolución y escribió poesía hasta 1925.

Junto con Gumiliov y Anna Ajmátova, de la que fuera su amante, Ósip Mandelstam formó parte del movimiento acmeista, del griego άκμή (cima), que en sentido figurado significa el momento en que algo alcanza su máximo esplendor. Esta grupo de escritores reunidos en torno a la revista “Apolo” y a la creada editorial “Acmé”, tomó del movimiento simbolista el gusto por la cultura europea y la mitología occidental, así como una determinada conciencia histórica, una dimensión ética y sensibilidad poética, pero se alejaba del simbolismo al apoyar la precisión y la concisión en la poesía.

Mandelstam definía el “acmeismo” como “nostalgia de una cultura mundial” y en su principal manifiesto poético, el poeta reivindica, frente a los 'futuristas' rusos encabezados por Mayakovski y Pasternak, su compromiso con la creación poética capaz de dar cuenta de la realidad social e ideológica de la época soviética. Sus versos saludaron con moderado entusiasmo los primeros escarceos de la revolución rusa para oponerse, más tarde, a la deriva tiránica y a sus signos de barbarie, con lo que él definió como poesía cívica contra el poder. Lingüística y sintácticamente, la extensa poesía de Mandelstam contraviene el instinto de conservación no sólo vital, sino también estético.  

De Mandelstam destacan los libros de poemas "La piedra" (1913) y "Tristia" (1922) y en prosa: ‘El rumor del tiempo’, ‘La cuarta prosa’, ‘El viaje a Armenia’, ‘De la poesía’ y ‘Coloquio sobre Dante’. 

A Osip Mandelstam le costó la vida un epigrama contra Stalin, cuya traducción al español por José Manuel Prieto, se transcribe a continuación:

EPIGRAMA CONTRA STALIN

Vivimos sin sentir el país a nuestros pies,
nuestras palabras no se escuchan a diez pasos.
La más breve de las pláticas
gravita, quejosa, al montañés del Kremlin.
Sus dedos gruesos como gusanos, grasientos,
y sus palabras como pesados martillos, certeras.
Sus bigotes de cucaracha parecen reír
y relumbran las cañas de sus botas.

Entre una chusma de caciques de cuello extrafino
él juega con los favores de estas cuasipersonas.
Uno silba, otro maúlla, aquel gime, el otro llora;
sólo él campea tonante y los tutea.
Como herraduras forja un decreto tras otro:
A uno al bajo vientre, al otro en la frente, al tercero en la ceja, al cuarto en el ojo.
Toda ejecución es para él un festejo
que alegra su amplio pecho de oseta.

Este poema satírico le valió ser arrestado y condenado a tres años de destierro en los Urales tras la intervención personal de Stalin, quien interrogó previamente a Borís Pasternak sobre la valía de Mandelstam como escritor y decidió que no se le ejecutara. En su destierro el poeta intentó suicidarse. Posteriormente lo trasladaron a Voronezh, donde escribió "Los cuadernos de Moscú" (1935) y "Los cuadernos de Voronezh" (1937). 

A pesar de que fue puesto en libertad en este último año, su instinto de conservación ya había cedido ante su propia estética y siguió escribiendo poemas que irritaban al régimen stalinista, lo que provocó una nueva condena en 1938 de cinco años a trabajos forzados a Kolymá, donde nunca llegó pues se supone debió fallecer el 27 de diciembre de 1938 en un campo de tránsito cercano a Vladivostok (Siberia).

La poesía de Mandelstam fue milagrosamente conservada por Nadiezhda, su mujer, autora de dos libros “Contra toda esperanza” y “Libro segundo”, en los que cuenta las trágicas experiencias que vivió con el poeta durante los años del terror. Memorizó sus poemas para que no se los tragara el olvido y, gracias a ella, Ósip Mandelstam está considerado como uno de los poetas rusos más importantes del siglo XX.

En 1956, bajo el régimen de Jruschov, fueron anuladas las acusaciones de 1938 contra Ósip Mandelstam y finalmente en 1987 la figura del poeta fue completamente rehabilitada durante el mandato de Gorbachov.


MAG/16.05.2016

sábado, 7 de mayo de 2016

Mariscal Mijaíl Nikoláyevich Tujachevski




Mijaíl Nikoláyevich Tujachevski (Михаи́л Никола́евич Тухаче́вский) nació en Penza (cerca de Smolensko) en 1893 en el seno de una familia aristocrática rusa de origen lituano. 

Ingresó en la Academia Militar, graduándose en 1914. Durante la Primera Guerra Mundial fue hecho prisionero en 1915 e internado en Alemania. Como intentó fugarse en cuatro ocasiones, los alemanes optaron por encerrarlo en la fortaleza de Ingolstadt, donde coincidió con otro oficial francés llamado Charles de Gaulle. Ambos consiguieron fugarse y Tujachevski regresó Rusia en febrero de 1917 donde habían tomado el poder los bolcheviques. 

A instancias de un compañero, en la primavera de 1918 ingresó en el Partido bolchevique y luego, como otros oficiales que habían servido al zar, se alistó en el Ejército Rojo, que contaba con pocos oficiales profesionales. Tujachevski consiguió ascender rápidamente, gracias a sus dotes como organizador. En poco tiempo, consiguió formar una unidad militar digna de ese nombre y expulsar a las tropas del Ejército Blanco de la zona que ocupaban en Simbirsk.

A los 26 años fue ascendido a general durante la guerra civil (1919). Dirigió la guerra contra Polonia en calidad de jefe del Frente Occidental del Ejército Rojo, que los dirigentes comunistas consideraban el más importante. Esta guerra era la primera meta de la llamada revolución permanente, que se proponía implantar el comunismo en toda Europa. Los polacos movilizaron todas sus fuerzas y derrotaron a los bolcheviques en el río Vístula. Tujachevski atribuyó la culpa por la derrota a Stalin que en aquel entonces no era todavía un hombre todopoderoso. Tujachevski tuvo que rehabilitarse tras la derrota del Ejército Rojo en Polonia y logró recuperar la confianza al reprimir la rebelión en la base naval de Kronstadt, cerca de San Petersburgo, en marzo de 1921 ahogando en sangre la rebelión de 20.000 soldados y marineros de la fortaleza de Kronstadt, en San Petersburgo, que exigían que los bolcheviques dejasen el poder. Después sofocó una rebelión antibolchevique de campesinos en la provincia de Tambov.

Debido a la rápida represión de los levantamientos en la última etapa de la Guerra Civil Rusa, Tujachevski pudo ascender rápidamente en la jerarquía militar, desde comisario del pueblo (ministro) adjunto para Asuntos Militares y Navales de la URSS, a comandante del Distrito Militar de Leningrado (actual San Petersburgo), luego jefe adjunto del Comité Militar Revolucionario de la URSS, y después nombrado de nuevo como el comisario del pueblo adjunto para Asuntos Militares y Navales de la URSS (comisario del pueblo para la Defensa desde marzo de 1934). Tujachevski trabajó en aumentar la capacidad combativa del Ejército soviético preparándole para una ‘guerra motorizada’.


Durante aquel período, Tujachevski fue uno de los promotores de la llamada operación ‘Primavera’ -una purga masiva contra los oficiales que anteriormente pertenecían al Movimiento Blanco y se adhirieron a las filas del Ejército Rojo- que se llevó a cabo en 1930 y 1931. 

En calidad de miembro del comité central del partido comunista, Tujachevski defendió la intervención del ejército para imponer la revolución a otros países, y la creación de un estado mayor en el Komintern. Fue director de la Academia Frunze, jefe adjunto del estado mayor y vicecomisario de Defensa. En 1936 fue nombrado mariscal. 

Se considera que Mijail Tujachevski fue el autor de la teoría de "Operación Profunda”, fundamento de la estrategia bélica de la URSS en la época de la Gran Guerra Patria (la Segunda Guerra Mundial, 1941-1945) y la posguerra, que propugnaba la necesidad de lanzar una ofensiva en toda la profundidad de la línea de defensa del enemigo, romperla en varios puntos y emplear las unidades motorizadas para que un impulso táctico se convirtiera en un éxito. Tujachevski se pronunciaba a favor de iniciar de inmediato la fabricación en serie de armamento y material bélico, mientras que los líderes de la URSS proponían pasar a la fabricación masiva de armas de manera paulatina, a medida que se formase la respectiva base industrial y se fortaleciera la economía del país.

Tras la muerte de Lenin, Stalin copó los más altos cargos en el Estado y en el Partido bolchevique. Tujachevski se dedicó a la reforma del Ejército Rojo, preparándolo para una guerra moderna. Formó unidades de tanques, ensayó despliegues a gran escala de paracaidistas y abogó por un incremento de las fuerzas aéreas.

La actividad de Mijail Tujachevski y su aspiración al liderazgo en el Ejército provocaban la suspicacia de muchos. El conflicto solía suscitarse entre el innovador Tujachevski y los conservadores Voroshílov y Budionni. Pero entre los opositores de Tujachevski habían personas a los que no se puede acusar de falta de formación. Se trata de los ex-coroneles del Ejército zarista, el mariscal de la URSS, Yegórov, y del comandante de primer rango, posteriormente mariscal, Sháposhnikov.

Pero muchos altos rangos del Ejército Rojo, incluido Ieronim Uborévich, apoyaban a Tujachevski, que criticaba activamente a Voroshílov  y a su entorno en presencia de Stalin. En verano de 1936 los partidarios de Tujachevski plantearon ante Stalin la posibilidad de cesar a Voroshílov  en su cargo de comisario del pueblo para la Defensa.

Es evidente que Stalin vacilaba durante mucho tiempo, haciendo elección entre dos ‘bandos’ de militares y eligió a Voroshílov  debido a su lealtad al líder de la URSS personalmente, a diferencia de Tujachevski.

Stalin temía que en una futura guerra Tujachevski lo eclipsase con su genio militar y lo desbancase del poder. La trama urdida por los nazis le facilitó el pretexto de eliminar al mariscal. Adolf Hitler dio su visto bueno a la campaña contra Tujachevski en diciembre de 1936. Los expertos nazis fabricaron documentos falsos sobre la supuesta traición del mariscal soviético utilizando su firma en un contrato de 1926 sobre cooperación técnica en aeronáutica con una firma alemana.

Los diplomáticos alemanes empezaron a difundir el rumor sobre una presunta conspiración contra Stalin, encabezada por Tujachevski, y sobre el interés del mariscal de concluir una alianza con la Alemania nazi. Los principales destinatarios de la desinformación eran el presidente checoslovaco, Edvard Beneš, y el ministro francés de Defensa, Édouard Daladier. Los nazis suponían que estos dos políticos no tardarían en transmitírsela a Stalin debido a sus buenas relaciones con la Unión Soviética.

A finales de 1936 llegó a Praga el alto funcionario del Tercer Reich, el conde Maximilian Trauttsmandorff. Vino para ofrecer a Checoslovaquia un pacto de no agresión. El presidente Beneš lo rechazó porque ya había tratados de alianza que ligaban Checoslovaquia a Francia y la Unión Soviética. En el trancurso de la falllida negociación, al conde Trauttmansdorff se le escapó que Hitler mantenía también otras negociaciones secretas. Los interlocutores del Führer eran, supuestamente, unos conspiradores antiestalinistas, liderados por el mariscal Tujachevski.

El rumor sobre la presunta conspiración llegó al presidente Beneš también de otra fuente. El mayor Josef Bartík, en aquel entonces jefe del contraespionaje militar checoslovaco, reveló en 1966 que el presidente Beneš había recibido del industrial alemán Fritz Thyssen la siguiente información: ”El Estado Mayor alemán dispone de información de que Tujachevski se empeña en obtener un acuerdo con los generales alemanes y con ayuda alemana llevar a cabo un golpe de Estado en la Unión Soviética”.

Bombardeado desde varias fuentes por esta desinformación, el mandatario checoslovaco se creyó que el mariscal Tujachevski preparaba una conspiración contra Stalin. Y Beneš comunicó inmediatamente a Stalin lo que había descubierto de la supuesta conspiración contra el líder soviético

Sin embargo, en los archivos checos y rusos no se han encontrado documentos escritos que lo prueben. Parece más bien que la denuncia directa de la supuesta traición de Tujachevski y de sus compañeros partió desde Francia.

En una recepción en marzo de 1937 el entonces ministro de Defensa francés, Édouard Daladier, advirtió al Embajador soviético en París que generales soviéticos y alemanes preparaban una conspiración con el fin de derrocar a Stalin a fin de que los nuevos dirigentes concluyesen un pacto con Alemania contra Francia.

Daladier transmitió al diplomático soviético la información que le había suministrado el servicio de inteligencia francés. Éste tomó por verdaderas las patrañas que habían puesto en circulación los expertos nazis al mando de Reinhard Heydrich. El Embajador soviético corrió al teléfono y transmitió a Stalin la desinformación fraguada por los nazis. El trágico destino del mariscal Tujachevski no tardó en consumarse. El 22 de mayo de 1937 fue detenido Tujachevski, acusado de conspiración militar trotskista y espionaje en favor de Alemania, en lo que se conoce como el Caso de la Organización Militar Trotskista-Antisoviética o también simplemente Caso Tujachevski. 

El 11 de junio de 1937 el Tribunal Supremo de la URSS acusó a Tujachevski, así como a comandantes de Ejército como Yaquir, Uborevich y Kork; comandantes de Cuerpo, Eideman, Putna, Feldman, Primakov, y al comisario del Ejército Yan Gamárnik, de traición a la Unión Soviética. Se les condenó a la pena capital. Fueron ejecutados de inmediato al día siguiente, salvo Gamárnik, que se había suicidado días antes, tras conocer su acusación.

A Tujachevski le juzgaron sus colegas: los mariscales Blucher y Budionni, los comandantes Shaposhnikov, Alksnis, Belov, Dibenko y  Kashirin. El proceso lo presidió el abogado de Ejército Ulrich. Y todos los participantes en el proceso, excepto Ulrich, Budionni y Shaposhnikov, fueron víctimas de las represalias masivas y fueron ejecutados en 1938.

Los expertos del servicio secreto alemán Sicherheitsdienst que habían llevado a cabo la campaña de desinformación contra Tujachevski, seguramente no se imaginaron que, después de la ejecución del mariscal Stalin, diezmaría a todo el colectivo de comandantes del Ejército Rojo.

Sólo la paranoia del dictador soviético puede explicar la colosal purga que afectó casi a la mitad del cuerpo de oficiales, es decir entre 20.000 y 35.000 militares. Entre 1937 y 1938 Stalin mandó ejecutar a 3 de sus 5 mariscales, a 13 de los 15 jefes de ejércitos, a 110 de los 195 comandantes de divisiones. Fueron sustituidos por oficiales novatos.

El 22 de junio de 1941 las tropas nazis invadieron la Unión Soviética. El país las enfrentó con un Ejército descabezado, sin sus mejores comandantes, ejecutados por Stalin. Después de la muerte del dictador, en 1953, el ex jefe del Estado Mayor soviético, Vasilevski, dijo al escitor ruso Konstantin Simonov: “Cuando Hitler optó por la guerra, jugó un gran papel en su decisión el hecho de que una considerable parte de nuestro cuerpo de oficiales había sido liquidada”. 


MAG/07.05.2016

viernes, 29 de abril de 2016

Feliks Edmúndovich Dzerzhinski, fundador de la Cheka (ЧК)



Feliks Edmúndovich Dzerzhinski (Феликс Эдмундович Дзержинский); (Dzierżynowie, 1877 - Moscú, 1926) fue un revolucionario comunista polaco, tristemente famoso como el fundador de la policía secreta bolchevique, la Checa (ЧК), agencia conocida por combatir a reaccionarios y mercenarios contrarrevolucionarios durante el llamado Terror Rojo y la Guerra Civil Rusa.

Aristócrata polaco, nacido en 1877 cerca de Vilna en el distrito polaco de Oshmiansk, entonces parte del Imperio ruso. De adolescente quería ser jesuita pero abandonó su fe católica cuando contactó con los marxistas del Partido Socialdemócrata Lituano en 1895. Alumno rebelde en el Instituto, tuvo roces permanentes con la dirección hasta que fue expulsado en 1896 por agitador sindicalista. Fue arrestado por las autoridades zaristas en 1897 y enviado a Siberia, de donde huyó. En 1900 fue co-fundador de la Socialdemocracia del Reino de Polonia y Lituania y vuelto a detener. De nuevo escapó de la cárcel. Viajó a Berlin, donde conoció a Rosa Luxemburgo, convirtiéndose en colaborador y amigo. Abandonó Alemania para participar en la fallida Revolución rusa de 1905 La policía secreta rusa, Okhrana, lo encarceló hasta el año 1912, aunque poco duró su libertad, pues rápidamente fue encarcelado en Moscú por persistir en sus actividades revolucionarias. Dzerzhinski pasó 11 años en las cárceles zaristas, donde contrajo tuberculosis y en una de las prisiones, la de Orel, fue torturado. Su entrega por una causa que creía debía acabar con el sistema que consideraba opresor e injusto le permitió sobrellevar las largas condenas.

En la Revolución de Febrero de 1917 fue liberado de la cárcel moscovita de Butyrka por los bolcheviques. Entre las revoluciones de febrero y octubre, alternó una gran actividad como agitador en Moscú y Petrogrado con periodos de enfermedad por su delicada salud después de años de cárcel y exilio. Junto con otros bolcheviques, formó parte del Comité Militar Revolucionario de Petrogrado (CMR) que dirigió las actividades de derrocamiento del Gobierno provisional durante la revolución de Octubre. A Dzerzhinski se le encargó la toma de la oficina central de Correos y Telégrafos, que quedó sometidas a la autoridad del Sóviet de Petrogrado pocas horas más tarde, sin que se produjesen víctimas. La seguridad del Instituto Smolny, sede del Sóviet y de CMR, quedó en manos de Dzerzhinski. Aunque se le concedió al mismo tiempo un importante cargo en la nueva Comisaría de Interior, su actividad se concentró en las tareas de represión de la contrarrevolución y del bandidaje en la capital en el CMR. Como miembro del CMR, firmó diversas órdenes y decretos relacionados con la seguridad del nuevo régimen (armamento de las milicias fieles al nuevo Gobierno, arresto de sus opositores, reorganización de la Guardia Roja de la ciudad, etc)

Lenin estaba obsesionado con la Revolución Francesa, a la que consideraba precedente y madre nutricia de la rusa. Quería encontrar un "sólido jacobino revolucionario" que supiese estar a la altura de una empresa tan ambiciosa como la de demoler hasta los cimientos la contrarrevolución. Ese jacobino iba a ser, por méritos contrastados, Feliks Dzerzhinski.

El 20 de dicembre de 1917 le fue encomendada a Dzerzhinski la creación y dirección de la “Comisión Extraordinaria para toda Rusia para combatir la contrarrevolución y el sabotaje”, conocida por sus siglas de Chrezvychainaya Komissiya como Checa (en ruso Cheká, ЧКЧрезвычáйная Комиссия). Heredera de la Okhrana zarista, fue la primera de las organizaciones de inteligencia política y militar soviética. Las demás fuerzas políticas, incluyendo a mencheviques y socialistas revolucionarios, fueron prohibidas y perseguidas. Lenin concedió a la Cheka ingentes recursos y a Dzerzhinski amplísimos poderes para combatir la oposición. Su cometido era «suprimir y liquidar», con amplísimos poderes y casi sin límite legal alguno, todo acto «contrarrevolucionario» o «desviacionista». Se aplicaban medidas tales como confiscación, privación de la cartilla de racionamiento, publicación de listas de enemigos del pueblo, … . Son tristemente famosos sus abusos de los derechos humanos a gran escala, entre los que se incluyen las ejecuciones sumarias en masa. Y a medida que la Guerra Civil rusa se extendía, Dzerzhinsk organizó tropas de seguridad interna para reforzar su autoridad.

La primera acción de la Checa fue aplastar una huelga de funcionarios en Petrogrado y la primera gran redada, realizada en la noche de 11 al 12 de abril de 1918, tuvo como objetivo a un grupo anarquista y se ejecutó con una inusitada dureza: con más de mil policías chequistas se efectuó el asalto de unas veinte casas de anarquistas en Moscú, con 520 detenidos, de los cuales 25 fueron ejecutados como «bandidos», un término que se generalizó a partir de entonces para aplicarlo a cualquier persona susceptible de oponerse al régimen soviético.

Pese a que la pena de muerte había sido abolida en la Revolución de febrero de 1917, fue temporalmente reinstaurada tras la primera conferencia panrusa de checas (8 al 11 de junio de 1918) y comenzó a ser aplicada por la Checa de forma inmediata y generalizada. Decenas de miles de rivales políticos fueron asesinados sin juicio previo en los sótanos de las cárceles y en las plazas públicas a lo largo y ancho de Rusia. Pero también intelectuales, industriales, banqueros y sacerdotes sólo por el mero hecho de serlo. Los chequistas practicaban la tortura sistemáticamente y reservaban muertes atroces para los detenidos. Aplicaban el manual completo de tormentos medievales: desollamiento, crucifixión, empalamiento, lapidación, horca... no había especialidad que los agentes de Dzerzhinski ignorasen.

Para atemorizar a la población civil organizaban espeluznantes ejecuciones públicas en las que desplegaban gran creatividad homicida. En las provincias del norte solían desnudar a los presos y verter sobre ellos agua que, a 30 grados bajo cero, se congelaba rápidamente formando estatuas de hielo vivientes. En ocasiones colocaban un tubo en la boca de los reos y deslizaban una rata sobre él para que ésta, azuzada por un tizón que el verdugo ponía en el otro extremo del tubo, desgarrase la garganta de los condenados hasta provocarles una espantosa muerte.

El fusilamiento era quizá el más benévolo de sus veredictos. Nadie estaba a salvo. Cualquiera mayor de ocho años era condenable al paredón. Las ejecuciones tenían que ser masivas y públicas para infundir un temor casi religioso entre los aldeanos. En aquella guerra sin cuartel iba a ser el miedo a una represalia siempre inhumana el mejor aliado de los bolcheviques. La prensa del régimen se hacía eco de las proezas que la Cheka iba perpetrando por Rusia en cuidadas historias de portada que ponían los pelos de punta a cualquiera.

El propio Dzerzhinski alardeaba de que el Terror Rojo implicaba detenciones y exterminio de los enemigos de la revolución en base a su pertenencia a una clase o por su papel en la sociedad previa a la Revolución. Decía también que el Terror Rojo no era nada más que la expresión del deseo inflexible de los campesinos y del proletariado más pobre de aplastar todos los intentos de levantarse contra nosotros. En realidad, el Terror Rojo era necesario para que los bolcheviques, que habían recibido menos del 25%de los votos en las elecciones de la Asamblea Constituyente celebrada poco después de la Revolución de Octubre, se mantuviesen en el poder porque no tenían suficiente apoyo popular.

El crecimiento de la policía chequista fue exponencial y sembró el terror en lugares como Ucrania, la región del río Don y Crimea: en junio de 1918 ya contaba con cuarenta y tres secciones que agrupaban a 12.000 efectivos, a finales de año ya eran 40.000 y a finales de 1920 superaban los 280.000. 

En verano de 1918 se produjo la rebelión de las socialistas-revolucionarios de izquierda. Presentaron cinco puntos entre los cuales estaban la supresión de las escuadras de requisa de trigo de la Cheka y la liquidación de la Cheka o policía secreta de Dzerzhinski. Con la ayuda de unos cuantos pelotones de soldados y de un destacamento rebelde de la Cheka, los socialistas revolucionarios de izquierda secuestraron a Dzerzhinski. Se adueñaron de edificios públicos. Pero Lenin actuó con rapidez y movió en poco tiempo a los obreros comunistas, bajo mando de su leal guardia letona, que antes había comandado Dzerzhinsk. La decidida acción de todos ellos permitió el restablecimiento del orden y la liberación indemne de Dzerzhinski. 

La campaña de represiones masivas se inició oficialmente como represalia por el asesinato del líder de Moiséi Uritski, brazo derecho de Dzerzhinsk, y del intento de asesinato contra Lenin de Fanni Kaplán el 30 de agosto de 1918. Quinientos «representantes de las clases derrocadas» fueron ejecutados de inmediato por el gobierno comunista bolchevique tras el asesinato de Uritski.

Mientras se recuperaba de sus heridas, Lenin dictó: «Es necesario, secretamente y urgentemente preparar el terror». Sus métodos de represión no se limitaron a detenciones y fusilamientos en masa (tan solo en Yaroslavl se fusilaron a 428 personas entre el 14 y el 18 de julio de 1918), sino que utilizaron profusamente la tortura y atrocidades tales como arrojar prisioneros a altos hornos o al mar, e incluso castraciones y decapitaciones.

A pesar del impresionante número de muertes que se le atribuyen a Dzerzhinski, sólo hay constancia de una muerte causada por su mano. En 1918 un marinero de la Cheka entró completamente ebrio en el  despacho de Dzerzhinski y cuando éste le avergonzó su estado, el marinero le respondió insultando gravemente a todos los familares de Dzerzhinski, quien con una expresión maliciosa desenfundó su pistola y disparó causándole la muerte.

Tras el fin de la guerra civil en 1920, Dzerzhinski promovió la construcción de hogares para los niños huérfanos. En abril de 1921 Dzerzhinski fue nombrado comisario de Transportes, dedicándose, con gran habilidad organizativa, a la reconstrucción de la red ferroviaria nacional, y en 1922 Ministro del lnterior, teniendo a la Cheka bajo su control, y Jefe del Consejo Supremo de Economía Nacional, la Vesenkha.

Feliks Edmúndovich Dzerzhinski falleció en Moscú de un ataque al corazón el 20 de julio de 1926, poco después de concluir su discurso de unas dos horas de duración en el Comité Central Bolchevique en cual denunciaba violentamente a la Oposición de Izquierda liderada por León Trotsky, Gregory Zinoviev y Lev Kamenev.

El nombre e imagen de Dzerzhinski fueron utilizados con fines propagandísticos por la Unión Soviética. Seis ciudades fueron bautizadas con su nombre. También la fábrica de Tractores de Stalingrado, escenario de una de las batallas más sangrientas en la Segunda Guerra Mundial. La URSS le supo agradecer los servicios prestados erigiendo una monumental estatua de 15 toneladas esculpida en hierro en la plaza Lubianka, delante de su verdadero hogar, la "Gran Casa", la de la Cheka. 

La polémica sobre la personalidad de Dzerzhinsk prosigue hasta hoy: mientras el monumento en su honor de la plaza Lubianka fue derribado en agosto de 1991 por la acción popular durante el fallido intento de golpe de Estado en la Unión Soviética, el gobierno ruso de Vladímir Putin ha repuesto su estatua en el Ministerio del Interior. El gobierno pro-ruso de Bielorrusia ha erigido un monumento en su recuerdo y en su ciudad natal, hoy en Bielorrusia, existe un museo dedicado a Dzerzhinski.

Por otro lado, en Polonia las masas también derribaron su estatua erigida en el centro de Varsovia y cambiaron el nombre de todas las calles bautizadas en su honor, siendo condenado como "traidor" por la mayor parte de la historiografía polaca.

Dzerzhinski fue un hombre fanático e histérico. Su energía se mantenía en tensión por medio de constantes descargas eléctricas. Por insignificante que fuese la cuestión que se discutía, montaba en seguida en cólera. Lenin lo consideraba un héroe de la Revolución y lo comparaba con un caballo de pura sangre. Sin embargo, Dzerzhinski era temido por la población y por muchos de los dirigentes bolcheviques. El temor que despertaba llegaban a sentirlo hasta los Comisarios del Pueblo. Su apodo era "Félix de Hierro”. Creía encontrarse en un gran combate entre «los más desgraciados y abandonados» y el «mundo de los ricos y opulentos».





MAG/29.04.2016

sábado, 2 de abril de 2016

Aleksandr Aleksándrovich Blok



Aleksandr Aleksándrovich Blok (Александр Александрович Блок) nació en San Petersburgo el 16 de noviembre de 1880, en el seno de una aristocrática familia reconocida por su intelectualidad. Su padre era profesor de Leyes en la Universidad de Varsovia y cultivaba la música y la escritura. A poco de nacer Aleksandr, sus padres se separaron y el niño fue educado por la familia materna, en la que el abuelo era el Rector de la Universidad de San Petersburgo y la madre y tías eran escritoras y traductoras. En ese ambiente literario, Aleksandr escribió sus primeros versos a la edad de cinco años. En su adolescencia se inspiraba en la poesía romántica de Vasily Zhukovsky y Aleksandr Pushkin.

En 1898 Aleksandr Blok ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Petersburgo y tres años más tarde se cambió a la Facultad de Filología, donde conoció el simbolismo que sería su hilo conductor tanto de su obra como de su vida. 

Blok pasaba los veranos en la finca familiar Shájmatovo, colindante con la del químico mundialmente famoso Dmitri Mendeléyev, descubridor de la Tabla Periódica de los Elementos. Blok conoció a Liubov Mendeléyeva, hija de su vecino, y se casaron en 1903.



Su primer ciclo de poemas de amor Poemas de la bella dama (1904) estaba dedicado a Liubov comparando místicamente la sabiduría divina con el alma femenina. Fue recibido con entusiasmo por los patriarcas del simbolismo y por la generación más joven. 

En esta etapa, el principal mentor estético de Blok era el filósofo idealista Vladimir Soloviov, pero era su esposa la fuente principal de inspiración como símbolo místico del alma femenina o de la eterna femineidad. En su poesía el ritmo, la música y los sonidos eran elementos de gran importancia. Blok dedicó una adoración religiosa a Liubov a lo largo de su vida, al mismo tiempo que mantenía numerosas relaciones extramaritales, en la creencia de que su vida matrimonial no debía contaminarse con el sexo. Entretanto, su amigo y también miembro del grupo simbolista de los ‘Argonautas’, Andrei Biely, se enamoró de Liubov Blok, y ambos manuvieron un idilio, lo que estuvo a punto de desembocar en duelo.

Defraudado tras la guerra ruso-japonesa y el fracaso de la Revolución Rusa de 1905, la poesía  de Blok adquirió un tono más oscuro y pesimista, como se puede apreciar en La desconocida (1906). Pero, incluso en sus obras más melancólicas, se puede encontrar la armónica musicalidad que le caracteriza. 

Aleksandr Blok, extremadamente refinado, muy aficionado a la música y a las artes plásticas, se convirtió en el máximo representante del simbolismo ruso, paralelo al homónimo movimiento artístico y literario europeo aunque muy influido por la religión ortodoxa. El simbolismo ruso fue uno de los más significados movimientos literarios de aquel fin de siglo, en el que bebieron todos los grandes de la poesía rusa contemporánea, desde Boris Pasternak a Anna Ajmátova.

En 1909 Alexandr y Liuvov Blok hicieron un viaje de reconciliación por Italia, que dio origen al exquisito ciclo de Poemas Italianos. 

El estallido de la guerra de 1914, y la inmensa sangría que enseguida fue para un país tan pobre como Rusia, obligó a un replanteamiento del lenguaje de la poesía simbolista que, sin abandonar una dimensión espiritual o profética, se vuelve más directo y desgarrado. Durante la I Guerra Mundial Blok fue destinado a oficinas de una unidad de Ingeniería acuartelada cerca de la ciudad de Pskov hasta marzo de 1917. Antes de la Revolución, escribió en su Diario que sabía que “se acercaba un gran acontecimiento”, y sus pensamientos y preocupaciones sobre el futuro de Rusia se trasladaron a sus versos.

Sin embargo, y para sorpresa de la mayoría de sus colegas y admiradores, Blok recibió con entusiasmo la Revolución Rusa de 1917. Consideraba que era una eclosión del poder de la catarsis, que le trajo nuevas esperanzas, reaccionando contra la estéril intelectualidad del simbolismo. Fruto de ello son dos de sus poemas más conocidos, escritos en 1918:  Los escitas, una oda que, oscilando entre la pasión y la melancolía, expresa su fe en la victoria de Rusia sobre Occidente, y Los Doce, que, ya con elementos formales vanguardistas y muchos otros simbolistas, muestra a un grupo de soldados del Ejército Rojo, en clara alusión a los doce apóstoles, dirigidos por la figura de Cristo, desfilando por las calles del Petrogrado revolucionario a través de calles nevadas con ritmos rotos, metáforas, reiteraciones y consignas, que nos trasmiten una imagen quebrada y vital de la Rusia de la Revolución, a caballo entre la desolación y la esperanza. A pesar de lo controvertido del texto, se vendieron en el primer año más de un millón de ejemplares, aunque el poema había sido considerado blasfemo en algunos países. 

Blok pronto se desilusionó de los bolcheviques y de sus métodos de gobierno, dejando de escribir poesía. De 1918 a 1921 trabajó como ensayista, editor, traductor y tramoyista de teatro en diferentes organizaciones gubernamentales y editoras. Más adelante, incluso, se sintió enormemente frustrado por el llamamiento del régimen soviético a los autores para que expresaran los puntos de vista dictados por el Partido, en lugar de atender a sus ideas personales.

De vez en cuando recitaba sus versos en público en San Petersburgo y Moscú. Su última actuación en público tuvo lugar en febrero de 1921 dedicada a Aleksandr Pushkin, como el más grande poeta capaz de unificar Rusia en los tiempos difíciles de la guerra civil. 

Aleksandr Blok falleció el 7 de agosto de 1921, con cuarenta y un años, en Petrogrado (antes, y hoy, San Petersburgo) por causas desconocidas, aunque se cree que la depresión y una extenuación física y nerviosa pudieron influir significativamente. Fue enterrado en el cementerio Smolénskoe en San Petersburgo y trasladado al cementerio Vólkovo después. Nina Berberova recuerda su velatorio en Petrogrado como el último acto cultural de una Rusia viva y culta, antes del exilio o la calamidad.

Hay dos museos de Blok – el primero en Shájmatovo (en Solnechnogorsk, a 65 km de Moscú), y el otro en San Petersburgo en La calle de los Decembristas, 57. Se bautizó con su nombre a una calle en San Petersburgo y a un planeta menor como 2540 Blok.


MAG/ 02.04.2016



domingo, 28 de febrero de 2016

El Príncipe Mijaíl Semionóvich Vorontsov, virrey del Cáucaso



Mijaíl Semionóvich Vorontsov (Михаи́л Семёнович Воронцо́в), nació en San Petersburgo el 19 de Mayo 1782, en el seno de una de las familias más antiguas de la aristocracia rusa, cuyo linaje se remonta al s. XI, con la llegada a Kíev de un comandante militar alemán. Su antepasado Mijáil  Illarionovich Vorontsov participó activamente en la revolución palaciega que subió al trono de Rusia a Isabel I en 1741. Poco después, los Vorontsov pudieron utilizar el título nobiliario de Condes.

En su bautizo Mijaíl fue nombrado cabo socorrista del regimiento Preobrazjenski. Pasó su infancia en Venecia y más tarde en Londres, donde su padre representaba al Imperio Ruso ante el rey de Gran Bretaña e Irlanda. Fue educado por profesores especialistas en Humanidades, Ciencias Naturales, Matemáticas, Arquitectura e Idiomas. Dominaba con soltura al menos siete lenguas, algunas de ellas antiguas. También recibió clases de equitación y del uso de las armas de fuego. Ya desde niño mostró una gran inclinación por la carrera militar. 

El zar Pablo destituyó a su padre y le confiscó sus propiedades. Tras el ascenso al trono de Alejandro I, Semión Romanovich fue restituido en su puesto y sus bienes le fueron devueltos. En la Embajada Mijaíl actuó como secretario de su padre hasta que alcanzó la mayoría de edad y en 1801 partió para Rusia con una sola maleta y sin sirvientes. 

Ya que había sido nombrado a sus 16 años Chambelán de la Corte, Mijaíl Semionóvich podría optar a puestos importantes en la Corte, pero prefirió comenzar su carrera militar como teniente de la Guardia. Al año solicitó ser trasladado al Cáucaso para servir en puestos más arriesgados. Y a partir de este momento estuvo en el campo de batalla casi sin interrupción durante veinte años. En los cuatro primeros años combatió en el Cáucaso, donde ascendió a comandante siendo condecorado tres veces. El 15 de enero de 1804 estuvo muy cerca de la muerte y fue trasladado a Pomerania donde recibiría el grado de coronel. De 1809 a 1812 luchó contra los turcos a las órdenes del general Piotr Ivánovich Bagratión, quien le nombró general de brigada, condecorándolo con otras dos medallas y entregándole una espada de oro y diamantes por su valiente comportamiento en Rushchuk.

En 1812, y con el ejército de Bragatión, entró en guerra contra las tropas francesas en la batalla de Borodinó, defendiendo la fortaleza de Shevardinski cerca del pueblo de Semionovskaia. A la caída del sol del 26 de agosto, de su división sólo quedaban 300 soldados y 3 oficiales. Vorontsov fue herido con bayoneta en una pierna y evacuado a una casa en Moscú que había heredado de la princesa Dashkova y que hoy alberga el Conservatorio.

A fin de evitar que durante el saqueo las tropas de Napoleón se hicieran con sus muebles y libros, Vorontsov fletó embarcaciones para su transporte a su finca Andreevskoie en Vladimir. Cuando se percató del número de soldados heridos que quedaban en Moscú, mandó descargarlo todo e invitó a 50 generales y oficiales a que subieran a bordo para su recuperación en su finca y a su cargo.

En diciembre de ese mismo año Vorontsov se curó de sus heridas y regresó al frente, distinguiéndose en campaña hasta la caída de París. En febrero de 1813 fue ascendido a teniente-general y condecorado con sendas medallas, una por la batalla de Leipzig y la otra por la de Craon, donde en 1814 su ejército formado por 14.000 hombres se enfrentó a los 50.000 soldados de las tropas dirigidas por Napoleón en persona. Tras diez horas de batalla, el ejército francés tuvo que retroceder.

En agosto de 1815 el Conde Vorontsov fue nombrado Comandante-en-Jefe de las tropas rusas, 30.000 hombres, en el ejército aliado, a las órdenes de Wellington, estacionadas en Francia hasta el final de la guerra en 1818. De regreso pagó de sus bienes todas las deudas que habían contraído sus tropas en los restaurantes y hoteles durante la ocupación de París, y que se habían negado a pagar, lo que le costó casi una cuarta parte de su fortuna personal.

Filipp Filippovich Vigel en sus ‘Memorias’ escribió: “Hoy en día el ejército ruso tiene dos favoritos Vorontsov y Yermelov. El valiente Vorontsov, joven todavía y lleno tanto de riquezas como de valor prefiere las dificultades y peligros de la vida de un soldado al esplendor y placeres de la Corte, comportándose como un padre con sus hombres, y como un compañero, amigo y hermano con los oficiales”.

En el año 1819 en París el Conde conoce a su futura mujer, Yelizaveta Xaviérievna Vorontzova (de soltera Elżbieta Branicka). La noble polaca y el general ruso se enamoraron a primera vista. La consideraban una de las mujeres más bellas de Odesa, donde residió gran parte de su vida. En el corto período que Aleksandr Pushkin pasó en esta ciudad se enamoró de ella, y de ahí la animadversión de éste contra el conde Vorontzov.

En 1842 Mijaíl Semionóvich le regaló a su esposa, por su cumpleaños, la Escalera Potiomkin o  Escalinata de Odesa, construida por el famoso arquitecto italiano Francesco Boffo y que llevaba hasta el agua del mar descendiendo por sus 200 peldaños. Al final de su vida se le otorgó a la Princesa Yelizaveta Vorontsova, la más alta condecoración femenina del Imperio por sus actos de caridad y beneficencia.

En 1820 el Conde Vorontsov presentó conjuntamente con A. S. Menshikov un documento al zar donde se definía una nueva sociedad que ambos se ofrecían a dirigir y en la que a los siervos se les concedía la libertad, comenzando por los suyos propios en su finca de Murino. El proyecto mereció el apoyo de los hermanos Turguenev y otros personajes importantes en la Corte, pero Alejandro I lo rechazó.

También en ese mismo año Vorontsov, Menshikov, S.Pototskii y A.A.Lobanov-Rostovski fundaron la primera compañía de diligencias entre Moscú y San Petersburgo, que más tarde extendería sus servicios a Vyborg, Imatra, Kiev, Kovno, etc. … .

Añorando el ejército, Vorontsov solicitó su reingreso en alguna guarnición del sur del Imperio ruso.
Respondiendo a su petición fue nombrado Gobernador General de Novorosia y Besarabia, que comprendía el sur de Ucrania, la costa norte del Mar Negro y Crimea, fijando su residencia en Crimea.

A mediados de 1823 Vorontsov incorporó un motor a vapor a la embarcación que había construido en su finca y la botó al río Dnieper para asombro de quienes la vieron. Luego continuó navegando en un barco a remos hasta llegar a Ekaterinoslav para tomar posesión de su puesto como Gobernador General. Uno de los mayores problemas con que se iba a encontrar era una plaga de langosta en los seis años últimos, que sería también otro tema de confrontación entre Vorontsov y Pushkin. 

En 1793 el español José de Ribas, a las órdenes de Catalina II, había presentado ante la zarina el proyecto de una ciudad en las ruinas de la antigua Jadzhibey. En un decreto personal, Catalina le encomienda la construcción de lo que pasaría a ser Odesa, y el ya vicealmirante Ribas, tomando como modelos el urbanismo francés y las ciudades de Livorno, Génova y Nápoles, se pone manos a la obra, logrando finalizar su proyecto en el tiempo récord de dos años. En 1794 es nombrado gobernador de la ciudad y Catalina II la bautiza como Odesa en memoria de la antigua colonia griega Odissos que se asentaba en el lugar. Los primeros habitantes fueron cosacos, aunque muy escasos. Para atraer nuevos pobladores José de Ribas declaró que los que se establecieran en Odesa no pagarían impuestos y se les darían tierras para construir sus casas. En 1799 la ciudad ya contaba con más de 4500 ciudadanos. Es precisamente en esta ciudad donde Mijaíl Vorontsov decide fijar su residencia en 1825 y toma contacto con los tártaros de Crimea y sus líderes religiosos. 

En octubre de ese año el zar Alejandro I viaja a Crimea y llega a su castillo de Taganrog. Quince días más tarde, el 1º de diciembre de 1825 anuncian la muerte del zar Alejandro I por paludismo. Posteriormente se comprobó que el informe de su autopsia era falso. Once años después, cuando se suponía que el zar llevaba todo ese tiempo muerto, en el otoño de 1836, un sorprendente personaje de unos sesenta años es tomado preso en la provincia de Perm. Este caballero de ademanes nobles se presenta como un vagabundo de nombre Fiódor Kusmich (Фёдор Кузьмич) de vuelta de un largo viaje por Tierra Santa. Fiódor falleció en Tomsk (Siberia) en 1864 y canonizado por la iglesia rusa en 1984, gozando de gran veneración por parte de la familia imperial, lo que alimentó la sospecha de que este ermitaño se trataba realmente de Alejandro I. El episodio está tan aceptado en Rusia que Lev Tolstoi lo recoge en su libro “Guerra y Paz” donde asegura que aquel eremita era el zar Alejandro.

Vorontsov se desplazó a Taganrog, aunque llegó tarde para rendir sus respetos al zar Alejandro I. Fue entonces cuando tuvo noticia de la rebelión de los decembristas, a cuyos cabecillas tuvo que juzgar en su condición de miembro del Consejo de Estado. 

Poco después viajó en su embarcación a vapor a Ackerman, cerca de Odesa, donde negoció con los turcos, un acuerdo favorable para los intereses de Rusia. A finales de ese año de 1825 Vorontsov es nombrado miembro honorario de la Academia Imperial de las Ciencias.

Bajo el impulso de Vorontsov, Odesa experimenta un espectacular crecimiento como puerto comercial y ciudad culta contando con teatro, liceo, un instituto de ciencias orientales y sociedades científicas de agricultura, historia y antigüedades así como una biblioteca pública muy bien dotada de libros en francés e inglés, para extender la cultura occidental en el sur de Rusia. Se editaron además dos periódicos en ruso y en francés. En aquel período, gracias a la intercesión de Vorontzov, se les permite a los judíos y gitanos empadronarse en la zona, cuando hasta la fecha habían sido considerados proscritos.

Durante la permanencia de Vorontsov en Crimea, despegó la industria vitivinícola en sus propias fincas de Ai-Danil, Gurzuf y Massandra, suministrando vino a toda Rusia y exportándolo por barco a Europa. En 1828 comenzó a operar una compañía de barcos de vapor en el Mar Negro.

También en 1828 el zar Nicolás I visitó Odesa, nombrando a Vorontsov comandante del asedio a la plaza de Varna, que fue recuperada en mes y medio, lo que supuso para Vorontsov la entrega del rifle de diamantes. Al año siguiente le fue concedida la Orden de San Andrés el Primer-LLamado, la más prestigiosa del Imperio ruso por su brillante conducta en campaña y mantenimiento de  las líneas de suministro.

De vuelta a sus obligaciones civiles, Vorontsov tuvo que enfrentarse a la epidemia bubónica y al amotinamiento de los marinos de Sebastopol ante las medidas adoptadas para frenar aquélla.

De 1830 a 1832 fueron unos años muy duros en la familia Vorontsov. Fallecieron su hija, su hijo Mijaíl y su padre, que seguía residiendo en Londres tras su jubilación como embajador. 

En diciembre de 1844, y a sus 62 años, al Gobernador General de Novorosia y Besarabia se le añadió el Cáucaso con poderes ilimitados como Comandante-en-Jefe de las tropas rusas allí destacadas. En esta toma de contacto con el Cáucaso, Vorontsov lo describió como un ‘abismo de confusión’. Y antes de entrar en batalla en la llamada guerra del Cáucaso viajó a Moscú para contrastar la situación con su amigo A. P. Yermolov. Y en San Petersburgo recibió instrucciones directas del zar Nicolás I para detener por sorpresa en el poblado de Dargo al imán Shamil, líder político y religioso ávaro de las tribus musulmanas del Cáucaso Norte.

La campaña en Chechenia y Daguestán comenzó el 6 de junio de 1845 y resultó especialmente peligrosa para las tropas rusas, que sufrieron inmensas pérdidas, ante la imposibilidad de cumplir las órdenes emanadas del propio zar. El conde Norotsov participó en las batallas corriendo gran peligro y diseñó un plan más ofensivo con avances graduales pero más seguros, mediante la tala y quema de árboles que dejaban al descubierto las fortificaciones tribales de los musulmanes. Ante el éxito de las tropas rusas, el zar elevó a Vorontsov al rango de Príncipe.

En el plano civil, Vorontsov impulsó el desarrollo del comercio, de la industria, de puertos, carreteras y agricultura en el Cáucaso, que permitieron que en tres años la región fuera calificada como relativamente tranquila y segura. 

A finales de los años cuarenta la salud del Príncipe comenzó a deteriorarse y en 1853 solicitó ser relevado de sus responsabilidades. Con ocasión de la coronación del zar Alejandro II, el 26 de agosto de 1856 el Príncipe Vorontsov recibió su último reconocimiento al ser nombrado Mariscal de Campo. Poco después de regresar a su palacio en Odesa, Mijaíl Semionóvich Vorontsov falleció el 6 de noviembre de 1856 siendo enterrado en la Catedral ortodoxa de Odesa, de la Transfiguración del Señor.



MAG/28.02.2016

domingo, 7 de febrero de 2016

Evgenia Ginzburg




Evgenia Solomónovna Ginzburg (Евгения Соломоновна Гинзбург) nació en 1906 en Moscú, hija de un farmacéutico judío. A los tres años su familia se trasladó a Kazán. En 1920 se matriculó en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Kazán.

En 1925 se casó con un médico, Dmitri Fedorov, con quien tuvo un hijo, Alexei Fedorov, que moriría en 1941, durante el asedio de Leningrado. 

En 1930 se casó en segundas nupcias con Pavel Aksenov, lider del partido local y miembro de Comité Ejecutivo Central de la URSS. Tuvieron un hijo, Alexei, que llegaría a ser un conocido escritor.

En 1934 Evgenia Ginzburg sería nombrada inicialmente profesora ayudante de Literatura e Historia del Partido Comunista y poco después Directora del nuevo Departamento de la Historia del Leninismo. Como miembro del PCUS se consagró con fervor a la militancia en el partido y defendió con vehemencia su línea política.

Tras el asesinato de Serguéi Kírov en diciembre de 1934, Ginzburg, como otros muchos comunistas, fue acusada de participar en un "grupo trotskista contrarrevolucionario" pretendidamente surgido desde el consejo editorial del periódico Krásnaya Tatáriya en el que ella trabajaba. 

La ‘Gran Purga’ (Большая чистка), más comúnmente conocida en Rusia como ‘Era de Yezhov’ (ежовщина) fue el nombre dado a la serie de campañas de represión y persecución políticas llevadas a cabo en la Unión Soviética en el final de la década de 1930. Cientos de miles de miembros del  Partido Comunista Soviético, socialistas, anarquistas y opositores fueron perseguidos o vigilados por la policía; además, se llevaron a cabo juicios públicos, se enviaron a cientos de miles a campos de concentración (gulags)  y otros cientos de miles fueron ejecutados.

La campaña de represión desatada en la Unión Soviética fue crucial para consolidar en el poder a Iósif Stalin. Si bien los soviéticos justificaron posteriormente esta cruenta medida, argumentando que se limpió el camino de elementos "saboteadores" o disidentes para la futura guerra con la Alemania nazi, una gran cantidad de las víctimas eran miembros del Partido Comunista y líderes de las Fuerzas Armadas. Otros sectores de la sociedad que sufrieron la persecución fueron los profesionales, los kuláks (campesinos burgueses) y las minorías, que fueron vistas como una potencial "quinta columna". "Las acusaciones del fiscal, que llenaron largas columnas de los periódicos, después del asesinato de Kirov, producían escalofríos, pero no había duda. Parecía absurdo, increíble, pero lo afirmaba Pravda y, por tanto, no podíamos dudarlo. Pero el proceso comenzó a extenderse en círculos concéntricos, como las ondas de una charca de agua donde ha caído una piedra". La gran mayoría de estas detenciones fueron llevadas a cabo por el Comisariado del Pueblo para asuntos internos, también conocido como el NKVD.

En 1935 Evgenia Ginzburg fue destituida de su cargo y obligada a abandonar la Universidad de Kazán. A sus 31 años, a Evgenia se le abre la tierra bajo los pies, cae literalmente en los infiernos. El 8 de febrero de 1937, en el contexto de la ‘Gran Purga’, fue expulsada del Partido Comunista y una semana después fue arrestada acusada de participar en actividades contrarrevolucionarias y de haber "jugado a dos bandas”. 

Las principales víctimas fueron comunistas, militantes convencidos que en un momento dado de su trayectoria política habían coincidido con las plataformas de Trotsky, Zinóviev, Bujarin o la Oposición. Puesto  que escribía en el periódico Krásnaya Tatáriya, Evgenia conocía a uno de los calificados como opositores, al profesor Elvov, que había ido a parar a Kazán, como profesor en los Institutos Superiores, y quien había escrito la historia del partido comunista bolchevique, en cuatro volúmenes, editada por Emeljan laroslavskij. En el ensayo sobre 1905, escrito por Elvov para esa publicación, habían aparecido errores a propósito de la teoría de la "revolución permanente". Toda la obra, y en particular el ensayo de Elvov, fueron criticados por Stalin en su conocida carta dirigida a la redacción de la revista 'Revolución proletaria'. Los errores fueron calificados de "contrabando de ideas trotskistas en el momento del asesinato de Kirov, y con este historial, Elvov, "el profesor de los cabellos rojos", desapareció, y Evgenia fue acusada de “trotskista”, por no haber denunciado los errores en el texto del libro de Elvov.

Desde el momento en que fue arrestada, negó las acusaciones y jamás reconoció haber participado en ninguna organización contrarrevolucionaria trotskista. Sus padres también fueron arrestados y posteriormente puestos en libertad tras dos meses de detención. Asimismo, su marido fue arrestado.

El 1º de agosto de 1937, el Colegio Miltar de la Corte Suprema de la Unión Soviética, reunido en Moscú, acusó a Evgenia Ginzburg de terrorismo y la sentenció a 10 años de reclusión en celda de aislamiento, con pérdida de sus derechos civiles durante 5 años más y con confiscación de todas sus peretenencias. La sentencia fue declarada firme, sin posibilidad de apelación, además de empezarse a aplicar en las siguientes 24 horas. Ella llegó a escribir en una carta al Presidente del Presidium del Sóviet Supremo de la Unión Soviética que todo su proceso judicial "duró siete minutos" incluyendo su interrogatorio y la lectura de la sentencia.

En su autobiografía, Ginzburg decía que sintió un "gran alivio" tras escuchar el veredicto, porque tenía miedo a ser condenada a muerte.

Eugenia pudo experimentar en primera persona las infames condiciones de las prisiones de Lefortovo y Butyrka en Moscú. Durante un mes cruzó la URSS en un vagón para transporte de animales con otros 77 prisioneros en un tren hacia Vladivostok. Posteriormente fue trasladada en un carguero de vapor hasta Magadán, donde trabajó en un campo de trabajo cuyo objeto era dar asistencia sanitaria. En 1939 fue enviada a los duros campos de trabajo en en el valle de Kolymá donde se le asignó la realización de "trabajos comunes" con temperaturas de hasta - 40º C, que fueron quebrantando su salud hasta llegar a unas condiciones extremas. El doctor Antón Walter fue quien posiblemente le salvó la vida al recomendarla para un puesto en enfermería. Walter era un médico de Crimea, de fe católica, que había sido deportado al campo de trabajo por sus orígenes germanos. Eugenia y Anton Walter finalmente contrajeron matrimonio. La pareja adoptó a una niña del orfanato, Antonina, que años después se convertiría en la actriz Antonina Pavlovna Aksenova.

En febrero de 1949, Evgenia Ginzburg fue trasladada Magadán durante permaneció 5 años más. Encontró trabajo en un jardín de infancia y empezó a escribir sus memorias en secreto. Su hijo Vasili Aksenov, tras once años de separación, pudo finalmente reunirse con ella. En aquel encuentro, Evgenia le comunicó a su hijo que había escrito en unas condiciones infrahumanas, una serie de capítulos testimoniales al que le dio como título de ‘El vértigo’.  Evgenia era consciente de que, sin la verdad sobre el pasado, nada -ni siquiera la esperanza, es decir algo que ella no había perdido- sería factible en el futuro. En este sentido, de intrépida e irreductible esperanza, deben entenderse las palabras con las que cerrará un segundo volumen que tomó como titulo, ‘El cielo de Siberia:’ "Y sin embargo quiero creer que, si ni yo ni mi hijo vivimos lo bastante para ello, al menos mi nieto podrá ver algún día el texto íntegro de este libro publicado en nuestro país". Aunque murió sin poderlo ver legalmente, pero si en diversas ediciones clandestinas, en aquellos papeles mecanografiados cosidos a mano, los ‘samizdat’ (самиздат) que corrían de mano en mano.

Tras la muerte de Stalin en 1953 y habiendo realizado recursos a varias autoridades para que su caso fuera reconsiderado, fue puesta en libertad el 25 de junio de 1955 y se le permitió volver a Moscú. Tras su regreso a Moscú trabajó como periodista y continuó redactando sus memorias llamadas "Krutói marshrut" (Крутой маршрут - Duro viaje), obra publicada en castellano bajo el título de ‘El Vértigo’.

A partir de 1959 comenzó a corregir y ampliar los textos escritos en los campos. Cuando se difundieron por el país a través de la vía clandestina suscitaron una gran sensación, por su veracidad, equilibrio y talento narrativo. El manuscrito llegó a Occidente, concretamente al avispado editor italiano Mondadori que buscaba su propio ‘Doctor Zhivago’ y a Possev en Frankfurt. Por los azares propios de la difusión clandestina fragmentaron en dos partes el relato, lo que obliga al segundo a efectuar una apretada síntesis (35 páginas) del primero. La obra causó una enorme conmoción, y ofrecía una perspectiva revolucionaria ya que Evgenia persistía en llamarse comunista, exponiendo hechos vividos desde una profunda óptica antiestaliniana, claramente expresada en la cita del poema de Evtusenko ‘Los herederos de Stalin’, que precede a ‘El vértigo’: Y yo dirijo/ a vuestro gobierno/ esta súplica:/ dóblese/ triplíquese/ la guardia de su tumba.

La escritora registró en su mente cada instante de su cautiverio, consciente de que una vez libre debía contar al mundo la odisea de hambre, frío, enfermedad y terror que padeció durante 18 años, y ofreció un testimonio vivo que se pone de manifiesto ya en las primeras páginas, en las que late el más amplio aliento de la realidad de los hechos; son el reflejo de una personalidad en extremo humana e íntegra, femeninamente instintiva y a la vez capaz de una severa coherencia. En su viaje al infierno durante dos décadas, Evgenia pasará por todos los recovecos del infierno estaliniano, y asimismo en sus vicisitudes interiores, desde el reconocimiento "experimental" de un providencial Bien Supremo que le devuelve la ilusión de vivir gracias a la amorosa amistad con el que habría de convertirse en su tercer marido, Anton Walter.

El testimonio de Evgenia refleja la vergüenza y el sentimiento de culpa que padeció al darse cuenta de que ella, militante del partido comunista, había contribuido a crear un estado de aniquilamiento del individuo. En prisión, aprendió rápidamente, dándose cuenta enseguida de que no estaba sufriendo una injusticia aberrante del sistema, sino que esa profunda injusticia era la naturaleza del sistema mismo. Empezó a aceptar su propio sufrimiento como un castigo necesario por haber sido en otro momento una ardiente cómplice de un régimen tan monstruoso, y su propio viaje a la prisión se convirtió en un camino hacia la contrición moral y la redención espiritual, un camino muy empinado hacia un nivel superior de entendimiento.

Evgenia Ginzburg falleció de cáncer a la edad de 72 años en Moscú.




MAG/07.02.2016