sábado, 2 de mayo de 2015

Fëdor Tjuchev, poeta y diplomático



Fëdor Ivánovich Tjuchev, (Фёдор Ива́нович Тю́тчев) nació el 5 de diciembre de 1803 cerca de Briansk en el seno de una familia de terratenientes perteneciente a la antigua nobleza, que pasaba los inviernos en Moscú. En 1812 huyendo de las tropas napoleónicas se trasladaron temporalmente a Yaroslavl. 

Fëdor fue educado en su propio hogar, bajo la guía del poeta Semyon Raich, un estudiante concienzudo y con talento en literatura clásica e italiana. Se utilizaba el francés, aunque Fëdor oyendo hablar en ruso a los sirvientes, se convirtió de hecho en bilingüe. Tradujo a Horacio al ruso a la edad de 12 años y escribió su primer poema a los 16. De 1819 a 1822 estudió en la Universidad de Moscú, y al graduarse, a la edad de 19 años, entró en el Ministerio de Asuntos Exteriores en San Petersburgo. Por intervención de su tío el conde Ostermann-Tolstoi fue destinado a Munich, donde conoció a Friedrich Schelling y a Heinrich Heine, de quien tradujo al ruso muchos de sus poemas. Schelling se refería a Fëdor Tjuchev como un hombre muy culto con quien era una delicia conversar. Esta rara combinación de poeta y diplomático también se dio en Aleksandr Serguéievich Griboyedov.

En Munich, Fëdor Tjuchev se enamoró de la condesa bávara  Amalie Lerchenfeld, a quien le dedicó su poema ‘Lágrimas’, y por quien se batió en duelo con su colega el barón Aleksandr von Krüdener el 19 de enero de de 1825. Incluso después de sus respectivos matrimonios, Fëdor y Amalie siguieron viéndose hasta el 31 de marzo de 1873 cuando él la visitó en su lecho de muerte. Curiosamente las dos mujeres a quien más amó murieron entre sus brazos. "Mi corazón desea la tempestad", escribió; las muertes y las grandes convulsiones de la historia son sus fuentes de nueva y elevada inspiración.

En 1826 Fëdor se había casado con Eleonore Peterson (de soltera von Bothmer), una viuda de 26 años con tres hijos, con quien tuvo tres hijas más, una de las cuales Ekaterina era calificada por Leo Tolstoi como una mujer inteligente, enérgica y creativa. Su hermana Anna, la preferida de su padre, se casó Iván Aksakov, el primer biógrafo de Fëdor Tjuchev.

Tjuchev viajó por Alemania, Austria y Suiza. Visitó París donde apreció la vida de la sociedad y poco después, en 1830, hizo un viaje fugaz a Rusia. 

El alzamiento de los oficiales conocidos como ‘decembristas’ contra el zar Nicolás I produjo un gran impacto en Tjuchev que escribió su interesante poema titulado “14 de diciembre de 1825” en el que manifiesta su impaciencia creciente con el conservadurismo y nacionalismo rusos, al mismo tiempo que muestra su preocupación por los peligros de la revolución en los confines de Rusia. 

Abandonando la influencia del clasicismo del siglo XVII de sus primeras obras, a partir de 1830 sigue la tradición del romanticismo europeo (ante todo alemán). Crea versos filosóficos, llenos de meditaciones sobre el universo, el destino humano y la naturaleza. 

En la lírica de Fëdor Tjuchev se aprecia la influencia de su amigo Heinrich Heine, y sobre todo la de Goethe; un amplio panteísmo, una ilimitada adoración a la naturaleza y el desprecio por las vanidades del mundo, visto como elemento que "desentona" en la creación, son sus principales características. "El hombre es un sueño de la naturaleza", dice el poeta, y, en consecuencia, aconseja maldecir nuestro Yo, buscando la fusión con el alma universal. En todo ello es evidente una anticipación de las corrientes de la filosofía india que más tarde inundarían Europa. De su deseo de penetrar en el universo cósmico nace en el autor la aspiración al Caos creador, que es el espíritu de la naturaleza, y del que hay también alguna partícula en el fondo del alma humana, algo que recuerda al inconsciente freudiano. El poeta imagina la pasión como una tempestad imprevista de este inconsciente, como un despertar de este elemento inconsciente que tiende hacia su Caos nativo, la muerte. A menudo rompe el poeta las barreras entre el caos primero que dormita en el fondo del alma y el caos que reina en el Universo, enriqueciendo su poesía con singulares efectos de lo que hoy llamaríamos "impresionismo". Algunas de estas imágenes, como "De una corriente etérea me llena el cielo las venas", "Silenciosas olas del mar merecen mis sueños" o "Mi amor vibra en el aire", han entrado en la lengua hablada rusa. 

Al regreso de una misión diplomática a Grecia en 1833, Tjuchev decide hacer limpieza en su despacho quemando todo lo que había escrito (a excepción de 152 líneas de su traducción de Goethe), de manera que el total de su obra sólo se compone de unos cuatrocientos poemas breves, que el denominaba ‘bagatelas’, de los que los más notables corresponden al período entre 1848 y 1872, cuando se despojó de ciertos artificios arcaicos para pasar a escribir una poesía más directa, natural y de gran profundidad psicológica.

En 1836 Gagarin, uno de los amigos de Tjuchev, le pidió le enviase algunos de sus poemas, lo que finalmente hizo y, Gagarin entusiasmado tras leerlos, los pasó a Vassily Zhukovsky y después a Aleksandr Pushkin, quien inicialmente publicó 16 poemas de Fëdor Tjuchev en su periódico, “Sovremennik” (El Contemporáneo), bajo el título de “Poemas enviados desde Alemania” y firmados con las iniciales en “F.T.”. Más tarde siguieron apareciendo una treintena más de poesías líricas de Fëdor Tjuchev. A pesar de la elevada categoría de su protector, la crítica de la época no concedió atención alguna al autor, quien guardó silencio durante largos años. Cuando en 1854 publicó en un tomo la primera colección de versos, más que reaparecido se le consideró un poeta completamente nuevo, perteneciente al ambiente de la entonces viva escuela del arte por el arte.

En mayo de 1938 se declaró un incendio en el vapor ‘Nicolás I’ a bordo del cual viajaba, con sus tres hijas, Eleonore (“Nelly”) Tjucheva, quien de las secuelas del accidente falleció meses más tarde. 

Unos meses más tarde Tjuchev se casó con Ernestine von Dornberg, su amante en los seis últimos años con quien tenían un hijo en común. Ernestine tenía una personalidad más tranquila y mayor capital que Eleonore. El matrimonio se estableció en Munich, pero al poco tiempo Tjuchev fue destinado a la embajada rusa en Turín ante la corte sarda. Aunque Italia le inspirara alguna poesía, el autor no se encontraba en este país tan bien como en Baviera, y, para poder regresar a su patria adoptiva, abandonó arbitrariamente su puesto e inmediatamente fue dado de baja del servicio. Establecido en Munich, permaneció en tal ciudad hasta 1844, año en el cual decidió volver a Rusia. Allí buscó una colocación cómoda, que encontró como funcionario de la censura. Su excelente preparación filosófica, histórica y política le indujo a ocuparse de los acontecimientos europeos y a adoptar en 1848 una actitud francamente antirrevolucionaria, reaccionaria y pan-eslava. Sus artículos de aquellos años conservan incluso de una manera retrospectiva su importancia histórica. En 1849 escribió “Rusia y la revolución” donde expuso un sistema político-religioso en el que reservaba el primer papel a Rusia. En 1854, con la ayuda de Turguéniev, publicó un volumen de Poesías, en las que, como discípulo de Pushkin, evocó la naturaleza rusa.

A principio de la década de 1840 Fëdor Tjuchev escribe artículos políticos, analizando el problema de relaciones entre Rusia y la civilización de Occidente. 



En 1846 Fëdor Tjuchev conoció a Elena Aleksándrovna Denísieva, más 20 años más joven que él. Sus amores escandalizaron a la sociedad causándoles un gran sufrimiento y amargura. La madre de Elena era la directora del Instituto Smolny, donde estudiaban dos de las hijas de Tjuchev, quien no pudo renunciar a Elena y de su unión tuvieron tres hijos. Es en este período cuando Tjuchev compuso los más bellos poemas de amor escritos en lengua rusa. Cortos, altamente líricos y profundos. Es una serie de poesías apasionadas, donde el amor tiene un fuerte aspecto trágico. Más tarde, la obra de este período fue reunida en el llamado “ciclo de Denísieva”, una serie de poesías dedicadas a su amante. Sergei Rachmaninov compuso un bello romance inspirado en el conocido poema “Aguas primaverales” de Tjuchev, que en traducción del profesor Manuel Abella reza así:

Aún en los campos queda nieve,
Más se oye ya el rumor del agua:
Corre y despierta a las orillas
Dormidas … Corre, brilla y canta …

Cantan las aguas por doquier:
“¡La primavera llega ya!
Nosotros somos sus heraldos,
Que la venimos a anunciar”.

La primavera llega ya!
Y alborozados, en tropel.
Los días de mayo, rubicundos,
Viene pisándole los pies.

Ningún otro poeta o pensador ruso conoció y comprendió el romanticismo tan intensamente como Fëdor Tjuchev, gracias a su amor por la poesía y la violenta pasión por Elena Denisieva.

La nueva edición de las Poesías, de 1868, permitió comprender que el poeta no se había agotado en el curso del prolongado silencio, entre 1838 y 1847, y que en su poesía se habían introducido, al margen de las concepciones del romanticismo alemán, notas de una humanidad más sencilla y auténtica, posiblemente, en parte, a consecuencia de los sufrimientos que le ocasionara su amor a Denisieva. El poeta le sobrevivió, y, según el testimonio de los contemporáneos, superó su desesperación, sobre todo, mediante el retorno a la actividad y a la poesía políticas, y reanudando aparentemente la vida social para ocultar su vacío interno.

A partir de 1860 Fëdor Tjuchev se dedica casi exclusivamente a la política. Por el carácter de su obra ha sido generalmente considerado, junto a Alexander Pushkin, como el exponente de una poesía rusa verdaderamente clásica, mientras que otros críticos han visto en él al iniciador del simbolismo. Sus poesías, publicadas por primera vez en edición completa en 1868, son la mayoría de tema filosófico, con unas cincuenta de inspiración política. En estas últimas el autor se dirige a los pueblos eslavos, incitándolos a unirse a su madre, la Gran Rusia, o bien canta los más grandes acontecimientos históricos de su época, tales como las conmociones del 1848 o la guerra franco-prusiana de 1870.

Elena fallece en 1864 de tuberculosis y Fëdor Tjuchev pierde también a cuatro de sus hijos y un hermano en los años siguientes. No puede soportar este cúmulo de desgracias y sufre una serie de infartos que lo dejan parcialmente paralizado hasta que el 27 de julio de 1873 fallece en Tsarskoye Selo a la edad de 70 años.

Fëdor Tjuchev se puede clasificar como una romántico tardío, pero, al igual que otras artistas de insuperable genio, su figura fue realmente única. Muchos de sus poemas luchan con la naturaleza. Algunos de ellos ofrecen imágenes luminosas de una tormenta a principios de mayo o de días cálidos a principios del otoño. Otros expresan las creencias panteístas del romanticismo. El filósofo Vladimir Soloviev consideraba el tratamiento caótico que él representaba como fundamento oscuro de toda la existencia, ya sea de la naturaleza o los seres humanos, siendo el motivo central de la creatividad del poeta, más poderosamente expresado que por nadie más en toda la historia de la literatura. Su poema Silentium se considera la cima de su obra. Es una desesperada invocación del silencio, una lamentación sobre la imposibilidad de comprensión mutua entre dos seres humanos. Una línea de esta poesía, “El pensamiento pronunciado miente”, es, con “Con la razón no se entiende Rusia” y “No se puede adivinar el eco de nuestras palabras”, uno de los aforismos más célebres de Fëdor Tjuchev.

Políticamente, Fëdor Tjuchev era eslavófilo conservador. Su poder de expresión y convicción era tan grande que en ocasiones estos elementos se convirtieron en partes indelebles de la conciencia y la cultura rusa. A él se debe el famoso pensamiento en torno a la imposibilidad de acceder al espíritu ruso a través de la razón.



MAG/02.05.2015

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