domingo, 15 de noviembre de 2015

Nikolái Mijáilovich Karamzín



Nikolái Mijáilovich Karamzín (Никола́й Миха́йлович Карамзи́н) nació en Mijailovka, provincia de Simbirsk, el 1º de diciembre de 1766. Fue educado en su propio hogar hasta los 14 años en que se trasladó a Moscú para ingresar en su universidad. Tras su graduación se incorporó al ejército, donde permaneció sólo un año. 

En 1784 se estableció en Moscú entrando en contacto con el prestigioso círculo intelectual liderado por el publicista Novikov, defensor de la Ilustración, tan boga en Europa. Karamzín se deja influir por la Ilustración y por la Masonería, a la que pertenecían la casi totalidad de los intelectuales rusos de la época.

De gran importancia para Karamzín fue la obra y la amistad de uno de sus antiguos profesores en la universidad, Kherashov, también masón, quien lo introdujo en el culto de la amistad emocional,  muy popular en su tiempo.

Karamzín comenzó su carrera literaria como periodista y traductor. Leyó a los escritores contemporáneos de moda como Jean-Jacques Rousseau, Samuel Richardson, Laurence Sterne, James Thomson y Edward Young. 

En mayo de 1789 decide conocer Europa y se detiene lo largo de un año en las ciudades de Berlín, Leipzig, Ginebra, París y Londres.

A su regreso a Moscú empezó a publicar por entregas en la 'Revista' moscovita el relato de su viaje bajo el título “Cartas de un viajero ruso”, escrito en un tono sentimental y romántico al estilo de Laurence Sterne e influenciadas por “La nueva Eloísa” de Jean-Jacques Rousseau. 

En 1792 Karamzín se retiró al campo, donde preparó algunas narraciones que revelan la influencia de la novela lacrimosa inglesa, entre ellas la celebérrima “La pobre Liza”, cuento de amor y suicidio, verdadero ejemplo de la nueva sensibilidad que acompañó la obra de Karamzin y que fue fuente de inspiración para un gran número de escritores del sentimentalismo o pre-romanticismo literario ruso. Los méritos de Nikolái Karamzín y la escuela sentimental rusa consistieron en la descripción del hombre y su vida cotidiana y en la introducción de sentimientos humanos en la literatura, tales como los fracasos amorosos y otras temáticas melancólicas. Karamzín ejerció gran influencia en Zhukovsky, Batyushkov y Pushkin.

Precisamente Karamzín, Zhukovsky y sus seguidores crearon una sociedad literaria de nombre ‘Arzamas’ que defendía un lenguaje ruso más evolucionado frente otra escuela denominada ‘Conversaciones para los amantes de la palabra rusa’, liderada por Shiskhov e integrada por arcaístas. Era un duelo literario entre una prosa elegante y fluida, modelada por frases cortas al estilo de los escritores franceses, y otra con largos párrafos de la antigua escuela eslava.

En 1796 Karamzín publicó una antología de poetas rusos, y al año siguiente acabó una recopilación de obras cortas de los autores extranjeros más reconocidos de la antigüedad y contemporáneos, traducidas al ruso, que denominó “El Panteón”. La censura excluyó a Cicerón, Salustio y otros clásicos. No obstante, Karamzín, reinando Pablo I, era generalmente reconocido como la figura literaria más importante de su generación. 

En 1802, al iniciarse el gobierno de Alejandro I, Karamzín empezó a publicar la revista mensual “El mensajero de Europa”, una de las de mayor contenido en el siglo XIX, que desvelaba ya la tendencia del escritor a pasar de la literatura a la política y a los estudios históricos. En 1804 abandonó la revista al ser nombrado historiador de la Corte del zar Alejandro I. Se trasladó a San Petersburgo en 1816 para dedicarse a la preparación de la gran obra a la que su nombre quedó luego vinculado, “La Historia del Estado Ruso”, cuyos ocho primeros tomos aparecieron en ese año y alcanzaron un éxito verdaderamente clamoroso, debido quizás, en parte, a la actitud singularmente ecléctica del historiador, que se debatía entre las aspiraciones liberales de la época y su propia fe en la tradición rusa. Convertido en un clásico de la historiografía rusa, esta obra inacabada es una relación llena de color, pero un tanto parcial, de la historia política de su país.

Los tres últimos volúmenes de la obra fueron publicados en el curso de los años siguientes, cuando ya en Europa iban apareciendo las primeras traducciones de los tomos anteriores. A pesar de la formación occidental de Karamzín, la visión patriótica y chovinista de “La Historia del Estado Ruso” debe entenderse como consecuencia del impacto de la Revolución Francesa y de las guerras napoleónicas.

Las estrechas relaciones de Karamzín con el emperador fueron motivo de una memoria política publicada en 1811 en defensa de la autocracia, titulada “Memoria de la Antigua y Moderna Rusia”. Si bien Karamzín era defensor de una monarquía ilustrada, se opuso a las reformas propugnadas por Mijaíl Speransky, logrando que su postura se convirtiese en la piedra angular de la ideología oficial de la Rusia imperial en los años venideros. 

El 14 de diciembre de 1825 Karamzín fue testigo del Levantamiento Decembrista en la Plaza Senatskaya. Criticó a los organizadores, aunque con muchos de ellos mantenía una estrecha relación. 

Ese mismo día Karamzín cogió un fuerte catarro que derivó en una enfermedad seria que meses más tarde le causaría la muerte. Nikolái Karamzín falleció en mayo de 1826, poco después de la muerte del soberano (que le impresionó profundamente), mientras preparaba la edición del undécimo volumen de la Historia, que fue completado por D. N. Bludov.



Como se muestra en la segunda imagen, su viuda Ekaterina Andreevna Karamzina organizó el llamado Salón Karamzina, centro de la vida cultural de la capital entre los años 1826 a 1850, donde se reunían escritores, artistas, compositores y otras figuras de la cultura, entre ellos  Bryullov, el príncipe Vyazemsky, Dargomyzhsky, Glinka, Gogol, Zhukovsky, Lermontov, el príncipe Odoevsky, Pushkin, la condesa Rastopchina y Tyutchev. Los temas de debate, siempre en ruso, comprendían la poesía, la política, las ciencias y los libros de reciente publicación.

Nikolái Karamzín es considerado el padre de la historiografía de Rusia y el valedor de la reforma lingüística gracias a la cual se eliminaron eslavismos arcaicos y se crearon nuevos vocablos con la aplicación de los sistemas de derivación de otras lenguas, pero dentro de la más estricta ortodoxia rusa. Fue un maestro de la crónica viajera y del poema épico narrativo, dentro de la más fiel tradición del sentimentalismo ruso. Conocedor de varios idiomas y fiel seguidor de los postulados de los ilustrados franceses, fue miembro de la Academia Rusa desde 1818. 



MAG/16.11.2015

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