lunes, 21 de diciembre de 2015

Nikolái Ogariov




Nikolái Platónovich Ogariov (Никола́й Плато́нович Огарёв) nació en el seno de una familia de la nobleza en San Petersburgo a finales de 1813. 

En 1830 ingresó en la Universidad de Moscú integrándose en un circulo de socialistas utópicos liderado por su pariente lejano Aleksandr Herzen. Cuatro años más tarde él y un grupo de correligionarios fueron arrestados por cantar en público versos difamatorios. A Ogariov lo desterraron en 1835 a su finca en la provincia de Penza, de la que le permitieron salir al Cáucaso para tomar aguas termales como cura de sus crisis epilépticas. Allí desterrado se encontraba el poeta decembrista Odoyevski con quien Ogariov se reunió con frecuencia causándole gran influencia en su ánimo. En 1839 Ogariov  pudo regresar a Moscú. 

En 1840 Ogariov publicó sus primeros poemas de un marcado tono romántico, con predominio de los temas de la libertad del individuo y del pueblo, la protesta social, la rebeldía, la soledad, la duda y la desesperanza hamletianas, que merecieron una positiva valoración por V. G. Belinski. Entre ellos destacan ‘Canción’, ‘La Noche’ y ‘A la muerte de un poeta’, dedicada a Pushkin.

De 1841 a 1846 viajó por Alemania, Italia y Francia. En la Universidad de Berlín estudió Filosofía clásica de Hegel y Feuerbach y Ciencias Naturales, siguiendo un curso de Medicina en la Universidad de París. Al finalizar su periplo europeo regresó a su finca de Penza donde desarrolló una intensa labor política que provocó su detención de nuevo en 1850, aunque pronto fue liberado. 

Entre los años cuarenta y cincuenta Ogariov escribió varias novelas en verso: ‘La aldea’, ‘El señor’, ‘Camino de invierno’, en que describe la vida de la nobleza rural y el campesinado bajo la ley de la servidumbre.

Ogariov tenía una visión filosófico-materialista del mundo influenciada por la Revolución Francesa y las ideas del socialismo utópico occidental. Leía con especial interés la poesía de Pushkin y Schiller. 

En 1856 Ogariov se exilió a Inglaterra, donde pronto se asoció al movimiento propagandístico revolucionario ‘Tierra y Libertad’ iniciado por Aleksandr Herzen. Ambos fundaron en Londres un año más tarde el periódico ruso antigubernamental Kolokol (‘La Campana’), que propugnaba la supresión de la servidumbre mediante un plan de entrega a los campesinos de las tierras que trabajaban, abogaba por la liquidación de la burocracia, exigía la supresión de la censura, la abolición del reclutamiento militar y defendía la libertad religiosa. Estos principios del ‘Socialismo ruso’, avanzados por Herzen, fueron desarrollados por Ogariov en una serie de artículos publicados en ‘La Campana’ y en la Poliarnaia zvezda (‘Asamblea General’). 

La dependencia de Ogariov de Herzen era tan grande que pronto derivó en un ménage-à-trois con Natalia Ogariova a poco de llegar a Londres. Cierto es que ya en Rusia Natalia le había pedido, sin conseguirlo, el divorcio a su marido. Las ocasiones en que Nikolái Ogariov abandonaba la casa para alejarse de Aleksandr y Natalia, -que tuvieron en común gemelos-, ocupaba alojamientos precarios en Richmond, Sydenham, Putney y Wimbledon, los que finalmente abandonaba para regresar con su famoso amigo para marcharse poco después una y otra vez. Nikolai se entregó a la bebida y en 1858 conoció a una prostituta en un bar, Mary Sutherland, de quien se enamoró, marchándose ambos y un hijo de ella a un apartamento en Mortlake. Vivieron juntos durante seis años no sólo en Londres sino también en Ginebra cuando Ogariov trasladó a esta ciudad la prensa rusa libre. 

En los años 1863-64 Ogariov declaró su firme apoyo al alzamiento polaco y entre los años 1869 y 1870 participó en la campaña de agitación de Bakunin y Nechaev y con éste último, tras la muerte de Herzen, co-dirigió ‘La Campana’.

En 1873 Ogariov regresó a Londres con Mary Sutherland y por indicaciones de ésta ocuparon una pequeña vivienda en Greenwich. 

Ogariov cultivó también el género epistolar como ‘A mi amigo Herzen’, ‘A mis amigos’, ‘A Granovski’, … . Su creación en prosa se compone también de algunas novelas inacabadas como ‘Sahsa' e ‘Historia de una prostituta’, encuadrables en el naturalismo, así como de unas memorias tituladas ‘Mi confesión’, ‘Termas del Cáucaso’ y ‘Memorias de un terrateniente ruso’, claramente influídas por las memorias de su amigo Herzen.

Ogariov ejerció asimismo la crítica literaria mediante ensayos llenos de patético patriotismo consagrados a destacadas figuras de la literatura y cultura rusas, como el prólogo a la edición de las poesías de Ryléyev en recuerdo de los decembristas y el artículo "Literatura rusa oculta del siglo XIX”.

Nikolái Ogariov falleció en 1877, a los 64 años de edad, siendo enterrado en el cementerio de Shooter’s Hill, hoy cementerio de Greenwich. Sus restos fueron exhumados en 1966 y trasladados al cementerio Novodévichi de Moscú.


MAG/21.12.2015


sábado, 28 de noviembre de 2015

Apollon Nikolayevich Máikov




Apollon Nikolayevich Máikov (Аполло́н Никола́евич Ма́йков) nació en 1821 en Moscú en el seno de una familia aristocrática. Su padre era pintor y miembro de la Academia Imperial de Artes. Su madre amaba la literatura y llegó a publicar algunos versos. La infancia de Apollon transcurrió en la finca familiar a las afueras de Moscú, muy visitada por artistas y escritores. 

En 1834 la familia Máikov se trasladó a San Petersburgo donde el joven Iván Goncharov enseñó literatura rusa a Apollon y a su hermano Valerian. A los 15 años Apollon empezó a escribir poesía, que editaba en dos revistas, Copo de Nieve y Noches de Luna, escritas a mano, bajo el asesoramiento de Vladimir Benediktov, Ivan Goncharov y Pavel Svinyin.

En 1837 Apollon se matriculó en la Facultad de Derecho en la Universidad de San Petersburgo. Aprendió Latín y Griego clásico, lo que le permitió ejercer su pasión por la Antigua Roma y por Grecia.

Firmados solamente con la letra ‘M’, Apollon publicó sus primeros poemas en el Almanaque de Odessa y en la Biblioteka Dlya Chteniya, Otechestvennye Zapiski en el año 1840. Al año siguiente se inició en la pintura siguiendo el ejemplo de su padre, pero su tutor en la Universidad, Pyotr Pletnyov, mostró los poemas de Apollon a los escritores consagrados Vasily Zhukovsky y Nikolai Gogol, quienes animaron a que Apollon se concentrase en la poesía. 

En 1842 firmando ya como A. N. Máikov publicó su primera colección de poemas, muy bien recibidos por la crítica. Pyotr Pletnyov escribió: “Para mí suenan como las ideas de Delvig expresadas por Pushkin”. Vissarion Belinsky, a quien la familia Máikov tenía en gran consideración influenciados por Iván Gonchárov, calificó la primera parte del libro como un ciclo de versos al estilo de los epigramas en griego clásico y de las elegías tradicionales. Tanto éxito tuvo el libro, que el zar Nicolás I le otorgó un premio en metálico y Apollon Máikov pasó a ocupar un puesto destacado entre los poetas rusos de su tiempo.

Tras su graduación en la Universidad, Máikov ingresó en el Ministerio de Finanzas. Y poco después solicitó una excedencia de dos años para visitar Italia, cuya contemplación del valle de Roma a lomos de un caballo le inspiró para pintar y escribir ensayos de crítica de arte (Bocetos romanos), poemas antológicos y composiciones ambiciosas del genero épico como Savonarola, La Catedral de Clermont y La Confesión de la reina. Asimismo se atreve a crear retratos poéticos de los romanos contemporáneos tales como El mendigo, Capuchino y Lorenzo.

Viajó después a Francia, donde se matriculó en cursos de Literatura y Bellas Artes impartidos en la Sorbona y el Collège de France. Viajó también a Austria y Sajonia. De regreso a Rusia se encontró en Praga con Vaclav Hanka y Pavel Jozef Safarik, líderes del movimiento de resurgimiento nacional. Fruto de este largo viaje fue una disertación sobre las leyes del antiguo pueblo eslavo pronunciada en la Universidad.

Retrato de Solonitsyn pintado por A. Máikon


En 1844 Máikov se empleó como ayudante en la Biblioteca del Museo Rumyantsev de San Petersburgo, integrándose en la vida literaria de la capital. Publicó varios ensayos sobre literatura y bellas artes  en las revistas más prestigiosas como Otechestvennye Zapiski, Finsky Vestnik y Sovreménnik. Se inició como crítico revisando obras de Ivan Aivazovsky, Fiódor Tolstoi y Pavel Fedotov desde la perspectiva de la ‘escuela natural’.

En 1846 Máikov publicó en Peterburgsky sbornik (“La antología de San Petersburgo”) su poema Mashenka, en el que abandona la elegía y desciende a tierra. Belinsky anuncia la llegada de ‘un nuevo talento capaz de presentar la vida real en su verdadera luz’.

Su poesía se inspira a menudo en el paisaje de Rusia, su naturaleza y su historia. De su extensa obra destacan por su encanto ¡Primavera!, La pesca y Golondrinas.

Por otra parte, su amor por la Antigua Grecia y la Antigua Roma, que estudió constantemente a lo largo de su vida, también se refleja en su obra como fuente de la belleza.

A finales de 1840 Máikov escribe también en prosa. Entre ellas unas historias cortas al estilo de Gogol, El testamento del tío y La Anciana, que no tuvieron especial reconocimiento.

A algunos poemas de Máikov les pusieron música importantes compositores como Rimski-Kórsakov, Chaikovski o Nikolái Miaskovski. También colaboró en el libreto de la ópera Judit de Aleksandr Serov (estrenada en 1863).

Empleó cuatro años en verter al ruso moderno el poema épico Cantar de las huestes de Ígor (terminó su traducción en 1870). Tradujo obras folclóricas de Bielorrusia, Grecia, Serbia, España y otros países. También tradujo al ruso, entre otros, a Heine, Adam Mickiewicz, Longfellow y  Goethe.

Casi sin darse cuenta, Máikov se deja arrastrar por la vorágine de ideas y pasiones políticas, como se pone de manifiesto en la más original de sus obras, el poema titulado La Princesa.

Su gran amigo Fiódor Dostoyevski le escribe el 31 de diciembre de 1867 que hace tiempo que le ronda por la cabeza la idea de "representar un hombre totalmente bueno", pero que "le da miedo construir una novela a partir de ahí, porque es demasiado difícil. Nada más difícil, especialmente en nuestros tiempos". En octubre vuelve a escribir a Máikov: «La idea de El idiota se me ha escapado... pero estoy amargamente convencido que jamás he tenido una idea poética más bella y rica que la que me ha venido a la cabeza ahora con el plan de la cuarta parte».

Después de 1880 Apollon Máikov apenas escribió nada nuevo. Decide finalizar dos dramas líricos, probablemente sus obras maestras: Los Tres Muertos y Los Dos Mundos, cuyas ideas tenía esbozadas desde el regreso de su viaje por Italia. Este díptico dramático evoca, en el primero, la lucha del mundo greco-romano frente al mundo cristiano, presentando a tres representantes de la civilización pagana en su agonía: el poeta Lucano, el filósofo Seneca y el epicúreo Lucio, los tres condenados a muerte por Nerón como partícipes en la conjura de Pisón. Los heroes de Los Dos Mundos son el patricio Decio, que se envenena en su palacio durante una fiesta, y la tierna y dulce Lidia que personifica el genio del Cristianismo. Y entre los dos un Juvenal sin palabra. Un mundo de estatuas ante el brillo del mármol pulido pero de blandos contornos.

Los últimos años de su vida fue presidente del Comité de Censura, donde llevaba trabajando desde 1852.

Apollon Nikolayevich Máikov muere el 20 de marzo de 1897 en Petersburgo, a la edad de 76 años, siendo enterrado en el cementerio de Novodiévitchi.

Le fue otorgado el Premio Pushkin como uno de los escritores rusos más sobresalientes y principal representante del neoclasicismo poético.

MAG/27.11.2015


lunes, 23 de noviembre de 2015

Nikolái Alekséyevich Nekrásov



Nikolái Alekséyevich Nekrásov, (Николай Алексеевич Некрасов) nació en 1821 en la ciudad de Nemírov (hoy Vinnytsia Oblast, Ucrania). Su padre era un noble rural y oficial del ejército imperial ruso. Su madre una aristócrata polaca.

El joven Nekrásov se crió en la finca de su padre cerca del río Volga. Observaba los duros trabajos de los remeros y notaba la injusticia social patente en el comportamiento tiránico de su padre con la servidumbre, frustrado por su prejubilación del ejército. Las frecuentes borracheras del padre provocaban ataques de ira contra los campesinos y contra su propia esposa. Estas experiencias traumatizaron al joven Nekrásov quien se decantó por reflejar en sus poemas la situación de los campesinos y las mujeres en Rusia.

Nikolái Nekrásov asistió al Instituto en Yaroslav durante cinco años aunque con poco interés y provecho. En 1838 su padre decidió enviarlo a la academia militar de San Petersburgo. Un año más tarde el joven Nekrásov compatibilizó su carrera militar con sus estudios a media jornada como oyente en la universidad hasta 1841.

Durante las vacaciones de verano iba a cazar a la finca de su hermano en Karabikha, donde hoy existe el Museo Estatal de Literatura dedicado a Nekrásov.

El joven Nekrásov prefirió sus estudios universitarios, abandonando la carrera militar, lo que provocó la supresión de la ayuda paterna obligándole a vivir durante un tiempo en un refugio de vagabundos. Es en ese momento cuando comienza a publicar, bajo el seudónimo de N.N, sus primeros poemas ‘Sonidos’ y Ensueños’, de aire romántico ya algo trasnochado.

Escribió varios vodeviles que se estrenaron con éxito y buena crítica: ‘Lezna en saco mala es de guardar, moza casadera mala es de cuidar’, ‘El actor’, ‘El prestamista de San Petersburgo’, ‘Una mañana en la redacción’, ‘Tedio otoñal’.

Nekrásov hizo amistad con el critico de sus trabajos, Belinsky, quien lo contrató como editor junior, reconociendo pronto su talento como padre de la nueva métrica en la poesía rusa así como de la técnica del monólogo dramático. 

En colaboración con Stanitsky, Nekrásov escribió y publicó dos largas novelas pintorescas, ‘Tres países del mundo’ y ‘El Lago muerto’. En su poema “Hielo, nariz roja” Nekrásov despliega con elegancia sus recursos estilísticos para plasmar una imagen colorida y casi pictórica de la costa del Río Volga, donde pasó su infancia. Es una mirada al trabajo de los campesinos, un tema reincidente en su obra.

Entre 1843 a 1846 Nekrásov editó varias antologías, una de las cuales bajo el título de ‘Una Colección de Petersburgo’ incluía la primera novela epistolar de Dostoyevski, ‘Pobres gentes’. El propio Dostoyevski admiró la poesía de Nekrásov y lo incorporó a los círculos liberales de Belinsky y Nikolái Chernishevski (Ver la publicación del 16 de mayo 2015 en este ‘blog’). 

En 1846 Nekrásov tuvo un éxito notable al adquirir los derechos de publicación de varias revistas literarias, entre ellos la popular ‘Sovreménnik ("El contemporáneo"), fundada por Pushkin, donde colaboraron las plumas más importantes de las letras rusas, Fédor Dostoyevski, Iván Turgueniev y Leo Tolstoi, entre otros. ‘Sovreménnik’ se convirtió en el foro cultural de los escritores rusos. Durante los años 1850 y 1860 ‘Sovreménnik’ era la revista literaria de mayor circulación en Rusia, gracias en buena medida al talento de Nekrásov como editor, publicando las obras de los más prestigiosos escritores europeos de la época como Flaubert y Balzac, traducidos al ruso.



En 1860 la enfermedad crónica de pulmón que Nekrásov padecía se agravó, obligándole a pasar meses en la costa italiana. Entretanto Nikolái Chernishevski y Nikolái Dobroliúbov, que trabajaban en ‘Sovreménnik’, sesgaron la revista hacia posturas radicales, siendo Nekrásov acusado de tolerar que la revista fuese el vehículo de las críticas feroces de aquéllos contra la sociedad rusa. Turgueniev se negó a colaborar más con la revista. En 1862 el zar clausuró la revista y Nikolái Chernishevski fue encarcelado en la fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo. 

Nekrásov escribió poemas dedicados a sus amigos. A Belinski, como el gran crítico literario, a Dobroliúbov, como ensayista muerto en la flor de la vida, y a  Chernyshevski, como el ideólogo de los socialistas populistas rusos.

En 1872 Nekrásov publicó ‘Las mujeres rusas’, auténtico canto de amor y exaltación dedicado a las esposas de los decembristas que acompañaron a sus maridos al exilio siberiano. El poema gira en torno a una mujer noble que ama intensa e incondicionalmente a su marido. La escena final describiendo la última cita en Siberia es una de las más impactantes y poéticas de la literatura rusa. En ‘¿Quién es feliz en Rusia?’ (1873-1876), Nekrásov narra la historia de siete campesinos a quienes se les pregunta si son felices y, aprovechando su insatisfacción, describe con rimas que imitan las canciones populares rusas, un vasto panorama de la Rusia rural, sus tradiciones, las penas y alegrías de sus gentes.

Escribió asimismo poemas para los niños como ‘El abuelo Mazái y las liebres’, ‘Los ruiseñores’ y ‘El tío Yúkov’.

En 1875, a Nekrásov, siempre de salud quebradiza, le diagnosticaron un cáncer intestinal. Sus amigos trajeron de Viena al mejor cirujano en aquellos tiempos, el Dr. Bilroth, cuya cirugía no curó su enfermedad sino que prolongó su agonía por dos años más.

Enfermo, escribió hermosas elegías y poesías líricas intimistas, en las que intenta resumir su vida, próxima a su fin: ‘Pronto moriré’, ‘Cómo se alegra mi enemigo’, ‘¿Por qué me desgarráis?’,  ‘Angustia y Elegía’.

Fallece en 1877, asistiendo a su funeral una gran multitud. Dostoyevski pronunció su elegía funeraria, destacando que Nikolái Alekséyevich Nekrásov había sido el mejor poeta desde Pushkin y Lermontov. Un grupo de jóvenes seguidores de Chernishevski gritó: ‘No, Nekrásov es mejor’, asociándolo a su causa revolucionaria.

Nekrásov no es de los rusos más leídos, sin embargo, hay en su poesía un tinte tan dramático, tan puro, tan infantil, que resulta tan representativo de la cultura rusa. El propio Rajmáninov compuso su cantata ‘Primavera’ inspirándose en ‘Ruido Verde’, un poema magnífico de Nekrásov como homenaje al comienzo de la primavera, pero también al florecimiento de las artes en Rusia.


MAG/23.11.205









domingo, 15 de noviembre de 2015

Nikolái Mijáilovich Karamzín



Nikolái Mijáilovich Karamzín (Никола́й Миха́йлович Карамзи́н) nació en Mijailovka, provincia de Simbirsk, el 1º de diciembre de 1766. Fue educado en su propio hogar hasta los 14 años en que se trasladó a Moscú para ingresar en su universidad. Tras su graduación se incorporó al ejército, donde permaneció sólo un año. 

En 1784 se estableció en Moscú entrando en contacto con el prestigioso círculo intelectual liderado por el publicista Novikov, defensor de la Ilustración, tan boga en Europa. Karamzín se deja influir por la Ilustración y por la Masonería, a la que pertenecían la casi totalidad de los intelectuales rusos de la época.

De gran importancia para Karamzín fue la obra y la amistad de uno de sus antiguos profesores en la universidad, Kherashov, también masón, quien lo introdujo en el culto de la amistad emocional,  muy popular en su tiempo.

Karamzín comenzó su carrera literaria como periodista y traductor. Leyó a los escritores contemporáneos de moda como Jean-Jacques Rousseau, Samuel Richardson, Laurence Sterne, James Thomson y Edward Young. 

En mayo de 1789 decide conocer Europa y se detiene lo largo de un año en las ciudades de Berlín, Leipzig, Ginebra, París y Londres.

A su regreso a Moscú empezó a publicar por entregas en la 'Revista' moscovita el relato de su viaje bajo el título “Cartas de un viajero ruso”, escrito en un tono sentimental y romántico al estilo de Laurence Sterne e influenciadas por “La nueva Eloísa” de Jean-Jacques Rousseau. 

En 1792 Karamzín se retiró al campo, donde preparó algunas narraciones que revelan la influencia de la novela lacrimosa inglesa, entre ellas la celebérrima “La pobre Liza”, cuento de amor y suicidio, verdadero ejemplo de la nueva sensibilidad que acompañó la obra de Karamzin y que fue fuente de inspiración para un gran número de escritores del sentimentalismo o pre-romanticismo literario ruso. Los méritos de Nikolái Karamzín y la escuela sentimental rusa consistieron en la descripción del hombre y su vida cotidiana y en la introducción de sentimientos humanos en la literatura, tales como los fracasos amorosos y otras temáticas melancólicas. Karamzín ejerció gran influencia en Zhukovsky, Batyushkov y Pushkin.

Precisamente Karamzín, Zhukovsky y sus seguidores crearon una sociedad literaria de nombre ‘Arzamas’ que defendía un lenguaje ruso más evolucionado frente otra escuela denominada ‘Conversaciones para los amantes de la palabra rusa’, liderada por Shiskhov e integrada por arcaístas. Era un duelo literario entre una prosa elegante y fluida, modelada por frases cortas al estilo de los escritores franceses, y otra con largos párrafos de la antigua escuela eslava.

En 1796 Karamzín publicó una antología de poetas rusos, y al año siguiente acabó una recopilación de obras cortas de los autores extranjeros más reconocidos de la antigüedad y contemporáneos, traducidas al ruso, que denominó “El Panteón”. La censura excluyó a Cicerón, Salustio y otros clásicos. No obstante, Karamzín, reinando Pablo I, era generalmente reconocido como la figura literaria más importante de su generación. 

En 1802, al iniciarse el gobierno de Alejandro I, Karamzín empezó a publicar la revista mensual “El mensajero de Europa”, una de las de mayor contenido en el siglo XIX, que desvelaba ya la tendencia del escritor a pasar de la literatura a la política y a los estudios históricos. En 1804 abandonó la revista al ser nombrado historiador de la Corte del zar Alejandro I. Se trasladó a San Petersburgo en 1816 para dedicarse a la preparación de la gran obra a la que su nombre quedó luego vinculado, “La Historia del Estado Ruso”, cuyos ocho primeros tomos aparecieron en ese año y alcanzaron un éxito verdaderamente clamoroso, debido quizás, en parte, a la actitud singularmente ecléctica del historiador, que se debatía entre las aspiraciones liberales de la época y su propia fe en la tradición rusa. Convertido en un clásico de la historiografía rusa, esta obra inacabada es una relación llena de color, pero un tanto parcial, de la historia política de su país.

Los tres últimos volúmenes de la obra fueron publicados en el curso de los años siguientes, cuando ya en Europa iban apareciendo las primeras traducciones de los tomos anteriores. A pesar de la formación occidental de Karamzín, la visión patriótica y chovinista de “La Historia del Estado Ruso” debe entenderse como consecuencia del impacto de la Revolución Francesa y de las guerras napoleónicas.

Las estrechas relaciones de Karamzín con el emperador fueron motivo de una memoria política publicada en 1811 en defensa de la autocracia, titulada “Memoria de la Antigua y Moderna Rusia”. Si bien Karamzín era defensor de una monarquía ilustrada, se opuso a las reformas propugnadas por Mijaíl Speransky, logrando que su postura se convirtiese en la piedra angular de la ideología oficial de la Rusia imperial en los años venideros. 

El 14 de diciembre de 1825 Karamzín fue testigo del Levantamiento Decembrista en la Plaza Senatskaya. Criticó a los organizadores, aunque con muchos de ellos mantenía una estrecha relación. 

Ese mismo día Karamzín cogió un fuerte catarro que derivó en una enfermedad seria que meses más tarde le causaría la muerte. Nikolái Karamzín falleció en mayo de 1826, poco después de la muerte del soberano (que le impresionó profundamente), mientras preparaba la edición del undécimo volumen de la Historia, que fue completado por D. N. Bludov.



Como se muestra en la segunda imagen, su viuda Ekaterina Andreevna Karamzina organizó el llamado Salón Karamzina, centro de la vida cultural de la capital entre los años 1826 a 1850, donde se reunían escritores, artistas, compositores y otras figuras de la cultura, entre ellos  Bryullov, el príncipe Vyazemsky, Dargomyzhsky, Glinka, Gogol, Zhukovsky, Lermontov, el príncipe Odoevsky, Pushkin, la condesa Rastopchina y Tyutchev. Los temas de debate, siempre en ruso, comprendían la poesía, la política, las ciencias y los libros de reciente publicación.

Nikolái Karamzín es considerado el padre de la historiografía de Rusia y el valedor de la reforma lingüística gracias a la cual se eliminaron eslavismos arcaicos y se crearon nuevos vocablos con la aplicación de los sistemas de derivación de otras lenguas, pero dentro de la más estricta ortodoxia rusa. Fue un maestro de la crónica viajera y del poema épico narrativo, dentro de la más fiel tradición del sentimentalismo ruso. Conocedor de varios idiomas y fiel seguidor de los postulados de los ilustrados franceses, fue miembro de la Academia Rusa desde 1818. 



MAG/16.11.2015

martes, 10 de noviembre de 2015

Mijail Mijailóvich Speransky




Mijail Mijailóvich Speransky (Михаил Михайлович Сперанский) nació en Cherkutino (hoy Sobinsky) el 1º de enero de 1772, hijo de un pobre cura del pueblo. A los 8 años ingresó en el Seminario diocesano de Vladimir, destacando por sus dotes de independencia y fortaleza, sentido del humor y modestia. Era el alumno más brillante del seminario por lo que en 1792 fue seleccionado para enseñar matemáticas, física y filosofía en el seminario Aleksandr Nevsky de San Petersburgo. Escribió poemas que serían publicados en 1796 en la revista Musa.

Sus brillantes cualidades intelectuales atrajeron la atención del Gobierno, que en 1795 le asignó el puesto de secretario del príncipe Kurakin en la Corte. Un año más tarde Kurakin fue nombrado Procurador General por el zar Pablo I y Speransky siguió al Príncipe, adquiriendo la condición de noble.

En 1798, Mihail Speransky contrajo matrimonio con la joven de 17 años de edad Elisabeth Stevens, hija de un pastor anglicano, que un año más tarde daría a luz a Elisabeth quien se convertiría en escritora en francés y alemán. A finales de 1799 la esposa de Speransky falleció de tuberculosis. Él no volvería a casarse. 

En poco menos de cuatro años, Speransky se había convertido en uno de los personajes más influyentes en los inicios del reinado de Alejandro. 

En 1802 Speranski escribe su primera y gran obra "Sobre las Leyes Fundamentales del Estado" donde formula como tesis que los poderes de la monarquía necesitaban estar limitados por la sociedad o más exactamente por una nobleza auto-consciente y poderosa.

El famoso decreto de los ‘siervos libres’ fue concebido y redactado por Speransky. Publicado el 20 de febrero de 1806, fue el primer paso para la abolición de la servidumbre. El decreto posibilitó que se liberasen más de 37 000 siervos a lo largo del reinado de Alejandro I. El 18 de noviembre de 1806 Speransky recibió la Orden de San Vladimiro.

En 1807 Speransky participó en una revista militar en Vitebsk junto a Alejandro I.  Y éste lo llevó a su lado un año más tarde para que participase en el Congreso de Erfurt (25 de septiembre al 14 de octubre). Alejandro I encargó a Speransky que revisase la propuesta de reforma de Rusia con Napoleón I. Meses más tarde, el zar nombra a Speransky adjunto al ministro de Justicia.

El proyecto de reforma que Speransky redactado en 1809 otorga la autonomía local de los distritos y regiones, mediante la creación de Dumas o Asambleas, desde el nivel de Distrito hasta la Asamblea Nacional o Duma del Imperio.

Sin embargo  Speransky comete un grave error, ya que, como convencido francmasón que era, trató de relegar el papel del clero de la Iglesia Ortodoxa. El emperador en principio aceptó las primeras medidas adoptadas, pero temeroso de las sociedades secretas, obligó a Speransky  a abandonar el proyecto de reforma, que sí sirvió para elaborar las constituciones de Finlandia y Polonia. 

Desde 1810 a 1812, Speransky fue el Canciller de la Universidad Imperial Alejandro en Turku (Finlandia).

En enero de 1810 Speransky fue nombrado Secretario de Estado, el puesto más influyente en la Corte tras el propio zar, logrando se crease el Consejo Imperial.

Con la guerra con los franceses, las veleidades liberales de Alejandro se enfriaron rápidamente y algunos altos funcionarios del Imperio ruso como la gran duquesa Catalina, Fessler, Nikolay Karamzin, el conde Rostopchin y el general Armfeldt conspiraron para que Speransky fuese acusado de alta traición, al haber provocado la impopularidad de Alejandro I. Speransky se convirtió en el blanco de todos aquellos que deseaban a toda costa el mantenimiento del Antiguo Régimen. En 1812, caído en desgracia, fue confinado a su propiedad en la región de Novgorod. 

El 30 de agosto de 1816 Speransky fue nombrado gobernador civil de Penza e inesperadamente en marzo de 1819 le fue encomendado el Gobierno de Siberia, donde introdujo reformas que fueron determinantes en esa inmensa región durante todo el siglo XIX. 

En 1821 fue admitido en el Consejo de Estado. Su estrella, poco a poco volvió a brillar y se convirtió de nuevo en uno de los consejeros principales de Nicolás I, quien lo puso a la cabeza de la Sección Segunda de la Cancillería Imperial, con el fin de desarrollar la codificación de toda la legislación rusa, que permaneció en vigor hasta la Revolución. En 1826, Mijail Speransky fue uno de los miembros de la Corte Suprema que juzgó a los decembristas. Para ello, estudió las leyes de la época medieval, buscando antecedentes para cumplir con las medidas excepcionales requeridas por el emperador Nicolás I.

Speransky fue designado preceptor del futuro Alejandro II.

En enero de 1839, cuando Speransky contaba 67 años de edad fue promovido al rango de Conde del Imperio ruso. Y el 11 de febrero de ese mismo año falleció en San Petersburgo.

Mijaíl Speransky es considerado como el padre del liberalismo ruso. Sus ideas fueron desarrolladas más tarde por Kavelin y Chicherin. Era amigo de Alexander Radishchev. Tolstoi lo cita en ‘Guerra y Paz’.



MAG/10.11.2015
P.S.-El 18 de abril de 2015 publiqué un artículo en este 'blog' que titulé 'Fiódor Kusmich, el ermitaño que antes fue zar', en relación al mito de las dos vidas del zar Alejandro I.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Iván Aleksándrovich Goncharóv, padre de 'Oblómov'


I

Iván Aleksándrovich Goncharóv (Иван Александрович Гончаров), nació en Simbirsk en junio de 1812. Su padre, un rico comerciante cuyo éxito lo elevó a la nobleza, falleció cuando Iván tenía siete años, siendo educado de forma exquisita por su padrino Nikolai Tregubov, un oficial de Marina retirado, aristócrata de mente liberal.

A los diez años ingresó en un colegio privado de Moscú, especializándose en Comercio. De 1830 a 1834 cursó estudios en el Departamento de Literatura de la Universidad de Moscú, donde también lo hacían quienes más tarde se convertirían en lo más granado de la literatura y política rusa Mikhail Lermontov, V. G. Belinsky, Alexander Herzen, Mikhail Bakunin e Iván Turgueniev. Tras graduarse, consiguió una plaza como funcionario de bajo nivel en San Petersburgo, pasando más tarde al Ministerio de Finanzas y luego al Ministerio de Censura. Se especializó en traducciones de la correspondencia extranjera con el gobierno ruso. De 1852 a 1855 sirvió como secretario del legendario Almirante Yevfimy Putyatin, actuando como intérprete durante las negociaciones que culminaron con el histórico tratado entre Rusia y Japón.

En aquella época Goncharov viajó a bordo de la fragata rusa ‘Pallas’ („Паллада“) visitando diversos países de Europa, África y Asia. A su regreso a Rusia, se decepcionó al encontrarse con las tradiciones sociales y económicas de su país. En 1858 escribe ‘La fragata Pallas’, una detallada narración de los tres años de su viaje a Japón, que causó un gran impacto en la Rusia zarista.

Su reputación como escritor clásico la alcanza en ‘Oblomov’ (1859), novela que tardó diez años en completar y que fue muy elogiada por Fíodor Dostoevsky.  En ‘Oblomov’ Goncharov cuenta la historia de un indolente terrateniente de la Rusia rural que pierde a la mujer que ama por su indecisión y su apatía. De hecho, a raíz de esta novela, se introdujo en la lengua rusa el término “oblomovismo”, que sirve para designar la pereza. 

En la década de los ’60 Goncharov formaba parte del medio literario de San Petersburgo, a pesar de que sus puntos de vista originales sobre la realidad rusa le causaban problemas con el ala dura del ‘establishment’ ruso. Los más conservadores orquestaban críticas feroces contra su postura. Fruto de esta lucha es su tercera gran obra ‘Obryv’, que describe la rivalidad entre tres hombres al mismo tiempo que hace una crítica velada a la desintegración de la sociedad rusa.

Debido a su posicionamiento independiente, en 1867 Goncharov se siente presionado teniendo que renunciar a sus cargos como intérprete del gobierno y censor, pues aunque se mostraba conservador al revisar periódicos y revistas, permitió la publicación de obras de escritores liberales como Fíodor Dostoyevsky y Alexander Herzen. Y decide que desde San Petersburgo su nueva profesión será la de escritor. Escribió numerosas historias cortas, críticas, ensayos y memorias, al mismo tiempo que continuaba viajando al extranjero.

En 1869 publica ‘El declive’, una novela que describe una familia rusa presidida por una bienintencionada, aunque tiránica abuela, critica ácidamente el nihilismo, una actitud muy de moda en la Rusia de aquellos tiempos. 

En estas novelas Goncharov opone dos personajes claramente diferenciados, el del soñador y el de la persona de acción, en una descripción simbólica de la tensión existente entre la sociedad de la recién industrializada Rusia y las antiguas tradiciones aristocráticas del país.

En sus últimos veinte años de vida, Goncharov los pasó en soledad y padeciendo demencia senil. En un ensayo autobiográfico "Neobyknovennaya istoriya”, que no llegó a publicarse hasta 1924, proclamaba que algunos escritores europeos como Gustave Flaubert y Berthold Auerbach se habían inspirado en sus propias ideas, llegando incluso a acusar a Iván Turgenev de plagio en los tribunales.

Iván Goncharov nunca se casó por timidez con las mujeres, según dicen sus historiadores. Murió de neumonía. Sus restos yacen en el rincón de los escritores del cementerio de San Petersburgo.

Las tres obras principales de Goncharov, conocidas popularmente como las tres Oes (“Obyknovennaya Istoriya,” “Oblomov,” “Obryv”) forman parte del curriculum escolar en Rusia.


MAG/02.11.2015



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domingo, 25 de octubre de 2015

Aleksandr Nikoláyevich Radischev




Aleksandr Nikoláyevich Radischev (Алекса́ндр Никола́евич Ради́щев) nació en Moscú el 31 de agosto de 1749 en el seno de una familia noble adinerada. Pasó su infancia en el pueblecito de Verkhneye Ablyazovo (hoy Penzenskaya Oblast), donde su niñera Praskovya Klementyevna y el tutor Pyotr Mamontov le enseñaron a leer y escribir, introduciéndolo en el mundo de la creatividad nacional, que siempre conservó a lo largo de toda su vida. 

En 1763 ingresó en el elitista Cuerpo de Pajes de la Corte de Catalina II en San Petersburgo, donde todas las asignaturas se dictaban en francés. Tres años más tarde viajó a Leipzig con el grupo de jóvenes aristócratas seleccionados para formarse como juristas en la prestigiosa Universidad alemana donde completó sus estudios en 1771. Además de estudiar derecho, en Leipzig se interesó por la literatura y la filosofía, la medicina y las ciencias naturales; asimiló las ideas de la Ilustración francesa y leyó obras de Rousseau, Helvecio y Diderot. 

Regresó a Rusia dispuesto, según sus palabras, “ a sacrificar su vida en beneficio de la Madre Patria”. Esperaba ser llamado a formar parte de los juristas redactores de la nueva legislación rusa impulsada por la emperatriz, pero sufrió una gran decepción al ser nombrado para el puesto, bastante modesto, de funcionario del Registro del Senado, donde pudo conocer un sinnúmero de casos de siervos maltratados y torturados por los propietarios de los terrenos, lo que le abrió los ojos sobre la situación real del campesinado y el problema de los reclutas desertores. 

Siguió, además, muy de cerca la revuelta popular de Yemelián Ivánovich Pugachov (Емельян Иванович Пугачёв), pretendiente al trono de Rusia que lideró una insurrección de los cosacos en la época de Catalina la Grande. 

En 1773 Radishchev fue nombrado asesor legal en el Departamento de Asuntos Finlandeses en San Petersburgo. Dos años más tarde se retira del servicio público y entra en la Cámara de Comercio, donde llega a ocupar el puesto de Vicepresidente en 1780. En 1790 es nombrado Director General de Aduanas en la Corte de San Petersburgo. 

Ya desde 1773, Radishchev había iniciado su carrera literaria, introduciéndose en círculos literarios y forjando una estrecha amistad con Nikolai Ivánovich Novikov (Никола́й Ива́нович Новико́в), el escritor más representativo de la Ilustración en Rusia, considerado el primer periodista de su país.

En la traducción de un libro del filósofo francés de la Ilustración, Gabriel Bonnot de Mably,  titulado ‘Reflexiones sobre la historia de Grecia’, y publicado por Novikov, escribió: “La autocracia es lo más repugnante de la condición humana” y “La injusticia de un soberano concede al pueblo el derecho de juzgarlo y condenarlo como un criminal”. Estas ideas fueron desarrolladas en su oda ‘Libertad’, publicada en 1783, en la que glorifica al pueblo y su trabajo, proclamando abiertamente sus ideas antimonárquicas, republicanas y liberales. Aprovecha también para saludar la Independencia de los Estados Unidos de América. Según la Enciclopedia Soviética, “Libertad” es la primera obra de la poesía revolucionaria rusa. 

Entre 1789 y 1790, Radishchev publica sucesivamente cuatro obras. En la primera, con el título de ‘La vida de Feodor Vasiliyevich Ushakov’, relata cómo vivían los estudiantes rusos en Leipzig. En “Carta a un amigo” hace una valoración histórica de las actividades de Pedro I el Grande y en “Conversación sobre lo que es el auténtico hijo de la Madre Patria” proclama que el derecho a ser llamado patriota debe retirársele a la mayoría de los representantes de la nobleza. Y finalmente escribe su principal obra “Viaje de San Petersburgo a Moscú”, inspirándose en Jean-Jacques Rousseau, Voltaire, Guillaume-Thomas-François de Raynal y otros pensadores franceses defensores de la ley natural y del contrato social. En base a estos principios condena la servidumbre como moralmente equivocada y económicamente ineficiente; critica la autocracia, la censura y otras prácticas que violan los derechos naturales del hombre a la libertad e igualdad. Aboga por una inmediata reforma a fin de evitar la revolución por medio de unas costumbres y modos sociales fundamentados en la ilustración y en lo natural.

Cuando Catalina leyó “El Viaje de San Petersburgo a Moscú”, publicado anónimamente, manifestó que “… el propósito de este libro está claro en todas sus páginas: su autor, infectado por la locura francesa, trata por todos los medios de quebrar el respeto a la autoridad, provocando la indignación del pueblo contra sus superiores y contra el gobierno”. Tras leer solamente treinta páginas, la emperatriz sospechó que el autor era Radishchev, al que calificó de rebelde peor que el cosaco Púgachev.

El 30 de junio de 1790 Radischev fue arrestado y encerrado en la fortaleza de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo. El Senado Imperial lo condenó a la pena de muerte, pero Catalina conmutó la pena por 10 años de reclusión en la colonia penal de Ilimsk, en Siberia. 

Hasta su regreso a su finca de Nemtsovo en julio de 1797, Radishchev había pasado casi seis años en el exilio. Allí padeció no sólo la crudeza del clima siberiano sino la separación de sus hijos mayores Vasily, de 13 años, y Nikolay de 12. Esta pena se alivió con la llegada en marzo de 1791 de su hija Ekaterina, de 8 años, y Pavel, de 7, acompañados por su cuñada Elizaveta Rubanovskaya, que compartieron sus años de exilio en Ilimsk. Durante sus años de exilio Radishchev se dedicó a la enseñanza de los campesinos y presidiarios en Siberia además de estudiar la geografía y la economía de la región.

Radishchev echaba de menos a sus amigos y la vida social que tanto interés tenía para él. Su único vínculo con el mundo era su antiguo superior, el conde Alexander Romanovich Vorontsov (Алекса́ндр Рома́нович Воронцо́в), Presidente de la Cámara de Comercio de San Petersburgo, muy bien relacionado en la Corte quien intercedió ante Catalina II para mejorar las condiciones de Radishchev y su retorno a Moscú. Algunos historiadores afirman que Radishchev y Vorontsov asistían a las reuniones de la logia masónica Urania en los años 1774 y 1775.

A la muerte de Catalina II en 1796, el nuevo zar Pablo I de Rusia indultó a Radischev permitiéndole volver a su casa al año siguiente, para entonces enfermo por las penurias y privaciones de su exilio. 

Pero las ideas de Radishchev no habían cambiado y siguió promoviendo el fin del absolutismo y el igualitarismo en cuanto cargo público le fuera confiado como el de la "Comisión Legisladora" encargada por el zar Alejandro I para reformar las leyes rusas. 

En 1802, tras continuos roces con sus colegas en el seno de la Comisión Legisladora, y después de recibir veladas amenazas de un nuevo destierro, Radishchev decidió quitarse la vida, lo que hizo el 11 de septiembre a las 9 de la mañana. Ingirió veneno y, tras sufrir una gran agonía por no haber sabido calcular la dosis, murió por la noche.

Tras su muerte, los liberales rusos recuperaron sus trabajos, elogiándolos como documentos de gran valor político y social, y el prestigio de su nombre perduró entre gran parte de la ‘intelligentsia' rusa del siglo XIX, al punto de que socialistas y marxistas de Rusia -aunque no conformes con el liberalismo de Radishchev- le colocaron como "inspirador" de sus propios idearios, tanto que en la Unión Soviética se omitieron las menciones a las propuestas liberales de Radishchev y sólo se destacó el aspecto antiabsolutista de su denuncia para catalogarlo como "precursor" del marxismo en Rusia.


MAG/26.10.2015

jueves, 22 de octubre de 2015

Relanzamiento del 'blog'

Estimados compañeros:

Como ayer comentó en clase el profesor Abella, y algunos conocéis, a lo largo del pasado curso 2014/15 fui escribiendo con frecuencia prácticamente semanal un breve artículo sobre un personaje sincronizándolo con las explicaciones de la asignatura Historia de la Cultura Rusa. Tras comentarlo hace unos días con M. Abella, me animó a que utilizara este 'blog' para seguir publicando las biografías de los personajes rusos al hilo de los temas que vaya presentando en clase. Y a ello me voy a poner.

Para facilitar la 'rentrée', me permito remitir a quienes estas líneas lean a los artículos que, sobre dos personajes citados ayer por el profesor Abella, publiqué en su día en este 'blog'. José de Ribas, fundador de Odesa y Almirante de Rusia, el 11 de octubre de 2014, y La princesa Catalina Dáshkova, primer Presidente de la Academia Rusa de Ciencias, el 5 de abril de 2015.

Tras esta invitación no sólo a que leáis lo que vaya publicando, sino a que incorporéis vuestros comentarios, con lo que se lograría un intercambio participativo, cuyo máximo exponente se alcanzará cuando alguno de vosotros suba vuestras propios artículos al 'blog'. Para ello, y sólo en este caso, me debéis facilitar vuestra dirección de correo electrónico para que, como administrador del 'blog' os invite como autores.

En breve pretendo escribir algo sobre Rádishev.

Cordiales saludos

Manuel Avendaño Gascón
(mavengas@gmail.com)

jueves, 4 de junio de 2015

Aleksandr Fiódorovich Kérenski, el socialista revolucionario enemigo del zar y de los bolcheviques



Aleksandr Fiódorovich Kérenski (Алекса́ндр Фёдорович Ке́ренский), hijo de un director de instituto y nieto de un pope, nació en 1881 en la ciudad aristocrática de Simbirk, donde 11 años antes había nacido Aleksandr Uliánov (Lenin). En 1904 se graduó en Derecho por la Universidad de San Petersburgo.
El 22 de enero de 1905 unos 200.000 trabajadores se reunieron, portando iconos y retratos del zar, ante el Palacio de Invierno de San Petersburgo en demanda de un salario más alto y mejores condiciones laborales. En ausencia del zar, su tío el gran duque Vladimir Aleksándrovich ordenó abrir fuego contra la multitud, estimándose que murieron unos 200 manifestantes y 800 quedaron heridos, entre ellos mujeres y niños. Esta matanza provocó que Kérenski se uniese al movimiento socialista revolucionario Narodniki comenzando a participar en actividades revolucionarias, siendo arrestado por las autoridades. Su estancia en prisión formó sus ideas políticas, imbuidas de populismo y nacionalismo y de la necesidad de la cooperación de toda la nación para lograr el fin del gobierno autocrático. Aunque afiliado al clandestino Partido Revolucionario Socialista, públicamente se declaraba miembro del partido legal Toil de tendencia liberal moderada. Desarrolló una brillante carrera como abogado, utilizando sus excepcionales dotes para la oratoria en casos que pusiesen en evidencia a las autoridades. En 1912 fue elegido miembro de la Duma como representante del grupo laborista moderado Trudoviki. Durante los años siguientes consolidó su carrera política llegando a ser el líder de la oposición zarista al régimen de Nicolás II.
A diferencia de los socialistas radicales, Aleksandr Kérenski apoyó la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, pronto quedó decepcionado por la política bélica seguida por el régimen zarista y en 1916, convencido de la inminencia de la revolución, redobló sus ataques contra el zar y la familia real, al tiempo que animaba a la Duma a encabezar la lucha contra la autocracia manteniendo contactos con organizaciones obreras y con la guarnición capitalina.
Al estallar la revolución en febrero de 1917, Kérenski fue uno de sus líderes más destacados, siendo elegido vicepresidente del Sóviet (o Consejo) de Petrogrado. Durante los primeros momentos de la revolución, Kérenski fue extremadamente popular. Junto con Nikolái Chkheidze fue el único representante de los partidos socialistas incluido en el Comité Provisional de la Duma Estatal, constituido el 27 de febrero. Ese mismo día Kérenski dirigió a las tropas sublevadas hacia la Duma para tratar de involucrar a ésta en el alzamiento. Y allí ordenó el arresto de los ministros del Gobierno. Fue nombrado subsecretario del Sóviet de Obreros y Soldados de Petrogrado y a la vez ministro de justicia del gobierno provisional, nombrado por la Duma el 2 de marzo, y presidido por el príncipe Lvoff. Como ministro de Justicia promulgó los derechos civiles básicos (libertad de expresión, de asociación, de prensa, de reunión, de religión, sufragio universal e igualdad de derechos para las mujeres) y alcanzó una enorme popularidad en los medios revolucionarios.
En mayo de 1917, tras una serie de tumultos contra las medidas bélicas adoptadas por el gobierno que provocaron la caída de varios ministros, Kérenski participó en la abdicación del zar y en la creación de un nuevo Gobierno en el que se le adjudicaron las carteras de guerra y de marina, a pesar de la oposición de los kadetes (liberales), que se oponían por principio a que un socialista ocupase el ministerio encargado de las fuerzas armadas. En junio de 1917 lanzó la llamada Ofensiva Kérenski para frenar el avance del ejército alemán y recorrió el frente arengando a las desmoralizadas tropas para que defendieran ante el invasor la patria y la revolución. Sin embargo, la caía del zarismo había deshecho la estructura jerárquica del ejército ruso, muchos oficiales se negaban a admitir la autoridad del gobierno republicano y los soldados desertaban en masa. La disciplina se hundió por completo y la ofensiva resultó un rotundo fracaso, origen de la futura perdición de Kérenski.
Con su habilidad oratoria, Kérenski se propuso recuperar la disciplina de las unidades del Ejército y lo logró parcial y pasajeramente durante la primavera. Realizó una larga visita al frente para animar a las tropas y prepararlas para la próxima ofensiva. Su esfuerzos recibieron el respaldo de la mayoría de los partidos políticos, a excepción de los de extrema izquierda.

Debido a su amplio apoyo popular y a su influencia sobre el Sóviet de Petrogrado, Aleksandr Kérenski, aparentemente capaz de controlar las fuerzas populares desatadas por la revolución, se convirtió pronto en la principal figura de los gabinetes de coalición. Fue entonces llamado a suceder a Lvoff en la jefatura del gobierno. Una de sus primeras medidas fue la supresión del Partido Bolchevique, al que se acusaba de causar los disturbios de julio, a pesar de que el propio Lenin había desautorizado la insurrección por considerarla prematura. Lenin consiguió huir a Finlandia, pero otros dirigentes bolcheviques, como Trotski o Stalin, fueron detenidos y encarcelados.
Los socialistas radicales exigieron la adopción de medidas económicas y sociales que Kérenski rechazó por inviables, lo que provocó la pérdida de confianza del ala izquierda de la Duma. Kérenski no consiguió frenar el deterioro de la situación política y social, y los bolcheviques aprovecharon la situación para atacar el prestigio del gobierno provisional y asumir el control de los sóviets de obreros, soldados y campesinos que surgían en toda Rusia, hasta convertirse en un poder paralelo que escapaba al control del gobierno. El partido monárquico y los diversos grupos tradicionalistas y liberales reclamaban una represión inmediata del movimiento revolucionario. En septiembre, el comandante en jefe del ejército general Kornílov dirigió una marcha de la caballería contra el gobierno, en un intento de proclamar una dictadura militar con el apoyo de los liberales.
Cuando Kérenski fue consciente de que el plan podía incluir su apartamiento del poder, decidió destituir al general y culparle de tratar de dar un golpe de Estado que habría frustrado la correcta evolución democrática del país. La derecha, que había aceptado a Kérenski a regañadientes apoyaba ahora al general y la izquierda tampoco daba a Kérenski un respaldo decidido. Tras la dimisión de los ministros, Kérenski se proclamaría a sí mismo comandante en jefe supremo. El fracaso del golpe desacreditó a los políticos moderados y supuso un resurgimiento de los radicales.
Aislado, Aleksandr Kérenski fue incapaz de tomar medidas eficaces contra el intento golpista, que finalmente fue sofocado gracias a la intervención de los bolcheviques, quienes acusaron a Kérenski de complicidad con la rebelión militar. Aleksandr Kérenski mantuvo, sin embargo, la jefatura del gobierno, aunque carecía casi por completo de autoridad política efectiva pues también los liberales le retiraron su apoyo.
Durante el golpe de Kornílov, Kérenski había repartido armas entre los trabajadores de Petrogrado, que se pasaron en octubre al bando bolchevique, el cual se hizo con el control del Sóviet de Petrogrado y de la mayoría de los sóviets del país, que hasta entonces habían constituido el principal respaldo del gobierno socialista moderado. Incapaz de esperar la formación de una Asamblea Constituyente que estabilizara la situación, Kérenski convocó un Parlamento provisional con representación de los principales partidos y sindicatos.
Sin embargo, Lenin lo boicoteó, convocando en su lugar un Congreso de los Sóviets de toda Rusia bajo el lema "todo el poder para los soviets". En la noche del 25 al 26 de octubre, los bolcheviques tomaron por la fuerza el poder en Petrogrado, en lo que sería conocido como la Segunda Revolución o Revolución de Octubre, proclamando la revolución comunista. Un navío de guerra apuntó sus cañones hacia el Palacio de Invierno, donde se hallaba reunido el gabinete. El Congreso de los Sóviets declaró depuesto al gobierno de Aleksandr Kérenski y nombró en su lugar un Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por el propio Lenin.
Kérenski consiguió escapar al frente, donde trató, sin ningún éxito, de reorganizar algunas tropas para hacer frente al golpe de Estado. Permaneció escondido hasta mayo de 1918, cuando consiguió escapar a Europa occidental.
Vivió exiliado en París, donde organizó diversos grupos de emigrados y dirigió publicaciones antibolcheviques, como el diario Dni. En 1940, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a Estados Unidos, donde se dedicó a impartir conferencias en diversas universidades sobre temas de sociología y política rusa. Cuando Hitler invadió la Unión Soviética en 1941, Kérenski ofreció su ayuda a Stalin, que no le envió respuesta alguna. En su lugar, efectuó transmisiones radiofónicas en ruso apoyando el esfuerzo bélico. Tras la guerra organizó un grupo llamado la Unión para la Liberación de Rusia, sin obtener mucha repercusión. Kérenski se instalaría finalmente en Nueva York, aunque pasaría mucho tiempo en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford en California, donde amplió su vasto archivo de historia rusa e impartió clases. Escribió y emitió por radio en abundancia sobre política e historia rusa. Entre sus obras de análisis político e histórico destacan Preludio al bolchevismo: la revuelta de Kornilov (1919), La catástrofe (1927), La crucifixión de la libertad (1934) y Rusia y el giro decisivo en la Historia (1965). En 1966 fueron publicadas sus Memorias.

Aleksandr Kérenski falleció en Nueva York en 1970 a la edad de 89 años. La Iglesia Ortodoxa local de Nueva York rechazó cubrir el entierro de Kérenski, considerándolo uno de los principales responsables de la caída de Rusia frente al comunismo. El cuerpo de Kérenski fue entonces trasladado a Londres donde sería enterrado en un cementerio aconfesional.
MAG/04.06.2015


lunes, 25 de mayo de 2015

Piotr Alekséyevich Kropotkin, el príncipe anarquista



El príncipe Piotr Alekséyevich Kropotkin (Пётр Алексеевич Кропоткин) nació en Moscú en 1842, en el seno de una familia noble. Su padre, el príncipe Alekséi Petróvich Kropotkin, descendiente de los Rúrik, era dueño de grandes latifundios en tres provincias, y disponía de unos 1200 siervos.

Por orden del zar Nicolás I, a los doce años ingresó en el Cuerpo de Pajes en San Petersburgo, la academia militar más selecta de Rusia, que suministraba al imperio sus asesores y funcionarios de élite. Kropotkin detestaba la disciplina militar de la escuela, pero su formación académica fue intensiva, recibiendo una educación racionalista y liberal, con un fuerte énfasis en las ciencias.



Desilusionado con la Corte, pidió ser destinado a un regimiento en Siberia para estudiar geología. Allí sus expediciones geográficas le pusieron en contacto con las gentes sencillas y sus virtudes y al mismo tiempo conoció la crueldad del sistema penal ruso. A raíz de la represión de la insurrección de Polonia en 1863, abandonó el Ejército y se dedicó a la geografía, asumiendo posturas críticas contra el régimen zarista. 

Después de unos años de estudio, hizo un viaje por Europa. El contacto con los anarquistas del Jura suizo fue decisivo: admiraba su vida marcada por el amor a la libertad y la combinación de industria doméstica (relojes) con trabajo en tierras propias: preferían ganar menos (en comparación con las obreros de las fábricas) a perder la libertad.

Cuando regresó a Rusia, entró en contacto con los narodniki y se dedicó a la difusión de sus ideas anarquistas, influido por Proudhon y Bakunin. En 1872 se afilió a la Primera Internacional (la AIT), en cuyo seno apoyó la corriente anarquista de Bakunin en contra del liderazgo de Marx. La represión zarista lo encarceló en la fortaleza de Pedro y Pablo (1874). Allí enfermó, fue trasladado al hospital y consiguió evadirse huyendo a Francia en 1876. 



En París participó en los intentos de reunificación del movimiento obrero internacional y con la ayuda del geógrafo Eliseo Réclus fundó el periódico Le Révolté, en cuyas páginas defendió las ideas anarquistas y la necesidad de hacerlas realidad mediante el uso de la violencia. La participación en algunos disturbios le llevó a la cárcel de nuevo en 1882. Preso durante tres años, enseñó a los presos geografía y matemáticas, colaborando también en revistas y enciclopedias. 

Enfermó en la cárcel y las presiones de los intelectuales consiguieron su libertad en 1886, pasando a Inglaterra. Se estableció en un suburbio de Londres, donde ocupaba su tiempo cuidando de su jardín, y recibiendo a ilustres visitantes como Bernard Shaw y Thomas Mann). En este periodo escribió sus principales obras, en las que definió el comunismo libertario, ideología predominante entre los anarquistas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que vino a sustituir al colectivismo de Proudhon y Bakunin. Destacan La conquista del pan y Memorias de un revolucionario, La anarquía, su filosofía, su ideal, Campos, fábricas y talleres (colección de artículos) y La ayuda mutua

La ayuda mutua es la obra más representativa de la personalidad intelectual de Kropotkin. En ella se encuentran expresados por igual el hombre de ciencia y el pensador anarquista; el biólogo y el filósofo social; él historiador y el ideólogo. Abarca casi todas las ramas del saber humano, desde la zoología a la historia social, desde la geografía a la sociología del arte, puestas al servicio de una tesis científico-filosófica que constituye, a su vez, una particular interpretación del evolucionismo darwiniano.

Kropotkin parte, como todo anarquista, de la creencia en la capacidad del hombre para la convivencia: el hombre tiene tendencia espontánea a apoyarse mutuamente. Frente al principio darwinista de la lucha por la supervivencia individual, él defiende el principio de colaboración y ayuda mutua sobre el que se basan las sociedades animales. No sobreviven los animales más astutos o fuertes, sino los que saben cooperar mejor. Lo que sucede es que no todas las formas de convivencia humana promueven la ayuda mutua: hay formas sociales naturales y antinaturales. Los hombres viven más felices en grupos pequeños, que pueden funcionar sin ninguna autoridad porque en ellos es más fácil desarrollar la inclinación a la ayuda mutua. Una gran sociedad puede ser natural solamente si descansa en pequeñas comunidades naturales.

Gradualmente fue adoptando posiciones más moderadas: preconizó vías de acción eminentemente políticas, valoró positivamente la lucha sindical como medio de despertar la conciencia revolucionaria de las masas, e incluso recomendó a sus seguidores apoyar al bando aliado en la Primera Guerra Mundial (1914-18). 

Cuando llegó la Revolución de 1917, la acogió entusiasmado y regresó a Rusia. Aceptó a Alexandre Kerenski como etapa de transición burguesa, porque era un avance. Acepto el golpe revolucionario de los bolcheviques Lenin y Trosky, porque creía en los soviets. Pero cuando vio que se instalaba una dictadura, se colocó en la oposición. Se retiró enfermo a una aldea cercana a Moscú, viviendo de las coles que él mismo cultivaba, sin aceptar la mejora en alimentación que le ofrecieron los bolcheviques.

En noviembre de 1920 entregó a Margaret Bonfield su Carta a los obreros de todo el mundo que fue muy difundida. En ella exhortaba a todos los pueblos a aprender de la Revolución Rusa; alababa a los soviets como instituciones de participación directa, como un primer paso en el camino hacia el comunismo libertario (es decir, el anarquismo); pero hacía notar que habían sido reducidos a instrumentos al servicio del Partido Comunista. 

Poco antes de morir, escribía a Lenin:

No puedo llegar  a comprender, por más que me esfuerzo y por más voluntad que pongo en ello, cómo nadie de los que le rodean a usted no le ha dicho todavía que las decisiones del género que usted está tomando evocan los oscuros tiempos de la Edad Media y los días de las Cruzadas. Vladimir Illich, sus actos resultan muy poco dignos de las ideas que, según usted mismo, sostiene…Si tales métodos son tolerados ahora, no nos será muy difícil que un día no muy lejano se use entre ustedes la tortura como en la Edad Media…



Kropotkin murió cuando intentaba formar un grupo político de inspiración anarquista en la Rusia soviética el 8 de febrero de 1921. A su entierro unas 100 000 personas acompañaron al féretro, seguidas de una orquesta que ejecutaba la Patética de Chaicovski. Cientos de banderas de partidos políticos, sociedades científicas, sindicatos y organizaciones estudiantiles ondeaban entre los concurrentes. En el Museo Tolstói también ondeaba la bandera negra de los anarquistas. Una vez en el cementerio, los oradores fueron pronunciando sus homenajes; el último en hablar fue Aarón Barón, uno de los anarquistas presos liberados provisionalmente, que audazmente protestó contra el gobierno bolchevique, las cárceles y las torturas contra los revolucionarios opositores. El entierro de Kropotkin fue la última manifestación masiva del anarquismo ruso durante el gobierno bolchevique.


MAG/25.05.2015