sábado, 16 de mayo de 2015

Nikolái Chernishevski y Nikolái Dobroliúbov



Nikolái Gavrílovich Chernyshevski (Никола́й Гаври́лович Черныше́вский) nació en Sarátov en 1828, hijo de un pope de la iglesia rusa. Estudió en el seminario local donde, además de profundizar en teología, aprendió francés, inglés, alemán, italiano, griego, latín y eslavo antiguo y se entregó a la literatura ayudado por sus conocimientos lingüísticos. 

Continuó sus estudios en la Universidad de San Petersburgo, en la que ya se muestra como un ateísta, inspirado por autores como Alexander Herzen, Vissarion Belinsky, Ludwig Feuerbach y Charles Fourier. Después de graduarse en 1850, volvió a Sarátov, donde fue profesor de literatura. Desde 1853 a 1862, vivió en San Petersburgo, donde fue el editor jefe de Sovreménnik ("El contemporáneo"), en la que publicó sus principales críticas literarias y sus ensayos sobre filosofía. 

En 1862 fue arrestado y confinado en la Fortaleza de San Pedro y Pablo, donde escribió su famosa novela ¿Qué hacer?, que sirvió de inspiración a muchos de los revolucionarios rusos que querían emular a Rakhmetov, héroe de la novela, entregado en cuerpo y alma a la revolución, asceta en sus costumbres y disciplinado sin concesiones hasta llegar a dormir sobre un lecho de clavos y alimentándose de carne cruda a fin de fortalecerse para la Revolución.

Chernyshevski fue el fundador del Narodismo o populismo ruso, que perseguía, mediante la agitación, subvertir la autocracia y crear una sociedad socialista basada en las antiguas comunidades de los campesinos. Entendía la lucha de clases como el medio para que la sociedad avanzase en los intereses de la gente trabajadora. En su concepción, las masas eran quienes hacían la historia. Utilizaba la expresión ‘cuanto peor, mejor’ para indicar que cuanto peores fueran las condiciones sociales de partida, más proclives se encontrarían para desencadenar la revolución.

Socialista utópico, comunista, nihilista o incluso libertario, Chernyshevski es un perfecto representante de la generación de los hombres de los años ’60, que no son ni nobles, ni campesinos ni comerciantes, proceden muchos de los seminarios y tienen que trabajar para pagarse los estudios universitarios. Políticamente sueñan con una revolución socialista que aporte la felicidad a las masas, tras la caída de la monarquía autocrática, alcanzando la libertad política, social, moral y sexual.

Para Chernyshevski la vía del progreso hay que buscarla en la Ciencia, como fundamento de la organización económica y social. La primacía habría que otorgársela a las matemáticas sin desdeñar las ciencias aplicadas como la economía y la medicina. Todavía adolescente presumía de haber descubierto una fórmula matemática universal del movimiento perpetuo que permitiría abolir toda necesidad de trabajo físico. Éste y la enfermedad son los dos obstáculos del hombre que habrá que hacer desaparecer para construir la sociedad nueva, puesto que la revolución social no puede consistir en otra cosa que no sea instaurar un nuevo Edén.



Algunos historiadores defienden que la novela de Chernyshevski ¿Qué hacer? aportó más dinámica emocional a la Revolución Rusa que ‘El Capital’ de Marx. El propio Lenin no sólo hizo referencia a la novela de Chernyshevski, sino que escribió una obra sobre teoría política con el mismo título.

A Dostoyevski le enfurecía la ingenuidad de las ideas políticas e incluso la psicología que emanaban de la novela de Chernyshevski y escribió Memorias del subsuelo como reacción a ¿Qué hacer?.

Chernyshevski fue condenado a ejecución civil (fusilamiento simulado), a trabajos forzados en una mina desde 1864 a 1872 y al exilio a Siberia desde 1872 a 1883. En 1889 le permiten regresar a Sarátov, donde fallece a la edad de 61 años.



Nikolái Alexándrovich Dobroliúbov (Никола́й Алекса́ндрович Добролю́бов) nació en Nizhny Novgorod (actualmente Gorky) en 1836, hijo de un pope. Nikolái realizó sus estudios en el seminario local, donde sus profesores lo consideran un alumno prodigio pues ya a los 13 años escribía poesías y traducía a Horacio. En 1853 se trasladó San Petersburgo matriculándose en el Instituto Pedagógico Superior de Petersburgo. Un año más tarde fallecen sus padres y se tiene que hacer cargo de sus hermanos menores, teniendo que trabajar como tutor y profesor, lo que impactó en su salud quebradiza.

En la Universidad organizó un círculo clandestino democrático, publicó un periódico manuscrito ‘Slukhy’ y lideró la lucha estudiantil contra la administración reaccionaria. Sus poemas ‘A los 50 años de Nikolai Gretsch’ y la ‘Oda a la Muerte de Nicolás I’,  distribuidos clandestinamente, mostraban una actitud hostil contra la autocracia. Dobroliúbov estigmatizaba el despotismo y la servidumbre, comparándolos a una prisión en la que todas las cosas vivas morían. Pronosticaba la inevitable aparición de un héroe combativo en la vida de Rusia: el ‘Insarov’ ruso.

Desde 1856, colaboró con su maestro Nikolái Chernyshevski en Sovreménnik ("El contemporáneo”), como responsable de la sección de crítica y bibliografía. En cinco años de obra creadora, Dobroliúhov escribió muchos artículos sobre ciencia (pedagogía, estética, filosofía) y arte. Uno de sus obras más famosas ‘¿Qué es el Oblovismo?’, se basa en la novela ‘Oblomov’ de Ivan Goncharov. Oblómov es el protagonista de la novela, a menudo considerado como la personificación del hombre superfluo , un tópico recurrente a lo largo de la literatura rusa del siglo XIX. El libro se considera una sátira de la nobleza rusa, cuya función social y económica estaba cuestionada en la Rusia de mediados del XIX. Sin embargo, la prosa de Goncharov hace sentir al lector una gran empatía por el protagonista, explicando con exactitud y sensibilidad psicológica su desdichada manera de ser. No se trata de un tópico, de un personaje tipo. Gracias a eso, la novela goza de gran fama en todo el mundo, y no es simplemente un documento sociológico de la época y el país en la que está situada. La novela fue muy popular en Rusia y muchos de los personajes y situaciones han dejado una fuerte huella en la cultura y la lengua rusa, convirtiéndose Oblómov en un término popular para describir a cualquiera que muestre una actitud pasiva e indecisa.

Dobroliúbov tendía al historicismo, defendía el principio de que la naturaleza y la sociedad se hallaban en constante desarrollo. En comparación con Chernyshevski, profundizaba menos en la investigación de la teoría socialista, pero en lo fundamental mantenía las mismas posiciones que su maestro y luchó para que Rusia se orientara hacia el socialismo. 

Señalaba que la literatura y el arte tienen una misión social: representar lo «absurdo» de las relaciones sociales existentes en aquel entonces, ver las «tendencias naturales» del pueblo, buscar el ideal en la vida. El principal mérito del escritor como artista estriba en la verdad de sus representaciones, escribió Dobroliúbov. 

Consideraba que únicamente la revolución, la acción revolucionaria de las propias masas, podía modificar de raíz el orden existente, romper el mecanismo autocrático que se distinguía por su «total podredumbre», acabar con el «reino de las tinieblas» del régimen de servidumbre. Dobroliúbov denunciaba el carácter falsamente radical de las acusaciones literarias de los liberales. Soñaba con una sociedad en la que «el significado del hombre se determinara por sus méritos personales» y «cada uno adquiriera los bienes materiales en rigurosa dependencia de la cantidad y mérito de su trabajo»

El nombre de Dobroliúbov está principalmente unido al compromiso de la obra de Ostrovski y de Goncharov a quienes analizó críticamente, sin olvidar tampoco a Pushkin, Lérmontov y Belinski. Dio un nuevo impulso a la tradición crítica que derivaba de este último, pues sostenía que la literatura y el arte tienen una irrenunciable misión social: debían representar lo «absurdo» de las relaciones sociales existentes y descubrir las «tendencias naturales» que anidaban en el pueblo, tendencias que buscaban salir a la luz y, además, debían  señalar a la sociedad cuál era el ideal que, con vista al bien común, debía seguirse en la vida. Esta interpretación directa de la realidad determinó el futuro de la crítica literaria rusa



No obstante reconocer el talento de Chernishevski y Dobroliúbov, la gran mayoría de los miembros de la ‘intelligentsia' de origen noble, la conocida como generación de los años ’40, consideraba que su actitud era demasiado agresiva y ofensiva; que actuaban movidos por burda vanidad y, sobre todo, les criticaban que subordinaran la valoración estética a un criterio que le resultaba exterior, un criterio basado en consideraciones no estéticas, sino sociales y políticas.

Así, los escritos de Turguéniev habían sido recibidos con algunos ataques, pues venían considerados  frutos de un representante decaído de los “hombres superfluos”. No hay que decir que tales  injurias resultaban al escritor tanto más amargas en cuanto aparecían en la misma revista en que él publicaba sus propias obras. Dobroliúbov, por su parte, no ocultaba, aún en el trato personal, su “repugnancia” por Turguéniev. Sin embargo, el talante de Turguéniev era demasiado civilizado; era demasiado educado para guardarle algún resentimiento al joven crítico. Lo consideraba al máximo como un fanático, alguien torpe y mal educado.

En mayo de 1860, por insistencia de sus amigos, Dobroliúbov viajó al extranjero para tratarse la tuberculosis que padecía. Visitó Alemania, Suiza, Francia e Italia. En éste tuvo la oportunidad de conocer el movimiento de liberación nacional liderado por Garibaldi.

En julio de 1861, Dobroliúbov regresó a Rusia donde falleció de tuberculosis aguda cuatro meses más tarde a los 25 años de edad.


MAG/16.05.2015



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